La fiscalía británica anunció el miércoles que tiene suficientes pruebas para imputar a dos ciudadanos rusos, identificados como Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, del intento de asesinato del ex agente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia el 4 de marzo en Salisbury, en el suroeste de Inglaterra.
La primera ministra Theresa May afirmó después que ambos hombres eran agentes de la inteligencia militar rusa, el GRU, y que el ataque con Novichok –una potente sustancia neurotóxica surgida de un programa químico desarrollado en la Unión Soviética– fue “casi seguramente aprobado más allá del GRU, a un nivel elevado del Estado ruso” .
“Tenemos total confianza en las afirmaciones británicas de que los dos sospechosos eran oficiales de los servicios de inteligencia militar rusos (...) y que esta operación fue casi con certeza aprobada a un nivel muy alto del gobierno”, afirma el texto divulgado en Londres.
En declaraciones a la radio BBC, el secretario de Estado británico de Seguridad, Ben Wallace, aseguró que Londres considera a Putin responsable del ataque.
“En última instancia lo es, en la medida en que es el presidente de la Federación de Rusia y su gobierno controla, financia y dirige la inteligencia militar a través del ministerio de Defensa” , afirmó. “No creo que nadie pueda decir que el señor Putin no tiene el control de su Estado (...) Y el GRU no es, sin ningún tipo de duda, independiente” del Estado, agregó Wallace.
“Está ligado, vinculado tanto a altos responsables rusos como al ministro de Defensa, y a través de ellos al Kremlin y a la oficina del presidente” .
En una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, solicitada por el gobierno británico y apoyada por los líderes de Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania, el embajador ruso Vassily Nebenzia acusó a Londres de presentar “un cóctel de mentiras sin fundamentos” .
La embajadora estadounidense, Nikki Haley, elogió por su parte “la claridad y los resultados innegables” de la investigación británica.
Moscú reaccionó con indignación: “para nosotros este tipo de acusaciones contra un líder ruso son inaceptables”, dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov.
“Ni los máximos responsables de Rusia ni otros en niveles inferiores, ni ningún representante oficial tienen nada que ver con los hechos ocurridos en Salisbury”, subrayó.
El comunicado conjunto de los líderes de Reino Unido y sus cuatro aliados también insta a Rusia a proporcionar información completa de su programa Novichok a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Desde el principio, el gobierno británico atribuyó el ataque contra Skripal a Rusia, quien siempre ha negado categóricamente toda implicación.
La fiscalía británica anunció que, pese a haber lanzado sendas órdenes europeas de detención contra los dos hombres, no pedirá su extradición a Rusia, ya que ese país no extradita a sus ciudadanos. El caso Skripal desató una grave crisis diplomática entre Moscú y los países occidentales que dio lugar a expulsiones cruzadas de representantes diplomáticos.
Hospitalizados en estado crítico, Serguéi y Yulia Skripal lograron sobrevivir tras permanecer varias semanas en tratamiento intensivo en un hospital. El 30 de junio una pareja de británicos resultó envenenada tras estar en contacto con el Novichok que se hallaba en un frasco de perfume.
La mujer, Dawn Sturgess, de 44 años, falleció, pero su pareja, Charlie Rowley, sobrevivió tras estar hospitalizado casi un mes en estado “grave pero estable”. A finales de agosto, tuvo que ser ingresado de nuevo aquejado de graves problemas de visión.