Un decreto firmado por el gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, fue publicado este sábado en el Diario Oficial y permite, por un plazo de 180 días, la “adquisición pública de material y la contratación de servicios estrictamente necesario” sin necesidad de licitación.
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El estado, situado en el sureste de Brasil, es el más afectado por la fiebre amarilla, una enfermedad que ha causado 15 muertes de entre 22 casos en esta región desde julio de 2017, de acuerdo con el último informe epidemiológico divulgado esta semana por la secretaría regional de Salud.
No obstante, en los últimos días algunas localidades han registrado nuevos óbitos, por lo que el número de fallecidos podría llegar hasta 19. Minas Gerais fue igualmente el estado más afectado por el brote de fiebre amarilla registrado en la región sudeste de Brasil a finales de 2016 y comienzos de 2017 y que dejó 262 muertes y 779 casos comprobados de contagio.
Según la secretaría de Salud de Minas Gerais, entre julio de 2016 y junio de 2017 fueron registrados 475 casos confirmados de fiebre amarilla en ese estado, con 162 muertes, aunque el último caso fue contabilizado el 9 de junio de 2017. Pero la enfermedad volvió a aparecer a finales de 2017 en Minas Gerais y ha llevado a las autoridades a reforzar la vacunación en la región incluso los fines de semana.
En las últimas semanas miles de personas han abarrotados los ambulatorios de Sao Paulo y de Río de Janeiro, donde también se ha registrado un aumento del número de casos de fiebre amarilla silvestre, transmitida por las especies de mosquito Haemagogus y Sabethes, presentes en zonas boscosas.
La Secretaría de Salud de Sao Paulo elevó el viernes de 21 a 36 el número de muertes por fiebre amarilla desde enero de 2017 hasta la actualidad en el estado más poblado de Brasil, que la próxima semana iniciará una campaña de vacunación fraccionada con el fin de alcanzar a más personas.
La autoridad sanitaria informó que tres personas fallecieron en le estado de Sao Paulo por una reacción negativa a la vacuna de la fiebre amarilla y alertó sobre los “ riesgos de la búsqueda indiscriminada por la vacuna”.
Cientos de personas volvieron hoy a formar largas filas en centros sanitarios de Buenos Aires y sus alrededores para vacunarse contra la fiebre amarilla antes de marcharse de vacaciones a Brasil, donde, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe un brote de esta enfermedad.
El Hospital Posadas, en la localidad bonaerense de El Palomar, fue uno de los lugares donde más ciudadanos pudieron verse, ya que se acercaron hasta allí alrededor de un millar. Sin embargo, según informaron fuentes del hospital a la agencia estatal Télam, sólo recibieron la vacuna unas 300 personas, por lo que se entregaron otros 400 turnos para la próxima semana.
Los ciudadanos se quejan de que muchos centros privados y públicos de Buenos Aires y otras localidades de la provincia homónima no cuentan con más dosis. Esto se debe a que, en los últimos días, cientos de personas se han aplicado la vacuna alertadas por el brote de fiebre amarilla que afecta al país vecino desde diciembre de 2016 y que se ha agravado este mes.
En concreto, este viernes, desde primera hora de la mañana, decenas de viajeros se acercaron a centros públicos de la ciudad para recibir, por orden de llegada, un número que les permitiera vacunarse, ya que la cantidad de dosis que se aplican por día es limitada. Esto provocó que se formaran largas filas en las que los ciudadanos debieron esperar entre tres y seis horas para inmunizarse, teniendo en cuenta que la vacuna debe aplicarse al menos diez días antes de volar, según recomienda la OMS.
Varias personas consultadas por Efe frente a Sanidad de Fronteras, uno de los centros públicos con más cupos (sobre 700) , lamentaron que no se hubiesen habilitado más lugares públicos, ya que en los centros privados también la aplican pero cuesta 500 pesos (casi 26 dólares) y no lo cubre el seguro médico. Con motivo de las quejas por las largas esperas, el Ministerio de Salud argentino informó este sábado a las líneas aéreas que operan con Brasil que no es necesario que los viajeros presenten un certificado de vacunación para ingresar al país.
Pese a que la enfermedad asalta a Brasil cada año, es difícil saber con exactitud cuántas víctimas ha dejado en 2018 porque las cifras de las distintas administraciones regionales se refieren a diferentes periodos, pero cálculos conservadores apuntan a unos 25 muertos desde finales de 2017. El Ministerio de Salud del país reconoció esta semana 20 óbitos de entre 35 casos confirmados en todo el país desde julio de 2017 hasta el 14 de enero de 2018.