Papa aboga por la paz en Bosnia

SARAJEVO. El papa Francisco abogó por la paz, la reconciliación y el perdón en Bosnia, un país en el que este año se cumplen veinte años desde el final de la guerra pero que aún vive profundas tensiones étnicas y religiosas.

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El papa hizo este llamamiento durante un encuentro interreligioso celebrado en el centro internacional estudiantil franciscano de Sarajevo, donde estuvieron presentes representantes de todas las comunidades religiosas que conviven en el país: musulmana, cristiana ortodoxa, católica y también judía.

“El encuentro de hoy es signo de un deseo común de fraternidad y de paz; y da fe de una amistad que se ha ido construyendo a lo largo del tiempo y de que ya vivís en la convivencia y la colaboración cotidianas. Estar aquí es ya un 'mensaje' de ese diálogo que todos buscamos y por el que estamos trabajando”, dijo el papa.

Fue un encuentro cargado de simbolismo en el que Jorge Bergoglio incidió, en varias ocasiones, en la importancia del diálogo y del respecto mutuo.

Estos valores son siempre importantes, apuntó, pero más en una región donde existe el “cruce de pueblos y culturas” y donde la “diversidad, por un lado, constituye un gran recurso que ha permitido el desarrollo social, cultural y espiritual y, por otro, ha sido motivo de dolorosas heridas y sangrientas guerras”.

El único camino que se debe recorrer, apuntó el pontífice argentino, es el “del perdón y el de la reconciliación”, manteniendo en la memoria la historia no para realizar “reproches o recriminaciones”, sino para recordar el sufrimiento que ocasionan las guerras y apostar por la paz.

La misma idea fue expresada por Francisco en la reunión que mantuvo con religiosos y sacerdotes en la catedral de Sarajevo momentos antes.

El pontífice escuchó el testimonio de tres supervivientes de la guerra: el de un sacerdote que dijo haber sido capturado y torturado por soldados; el de un franciscano que fue también arrestado por las fuerzas del orden, y el de una monja que fue detenida por el Ejército.

Conmovido por sus relatos, Francisco se levantó de la silla en la que había permanecido en silencio, escuchando, para colocarse frente al micrófono, dejar a un lado el discurso que tenía preparado y dirigirse a los presentes “desde el corazón”.

Así, de forma improvisada, pidió al pueblo de Bosnia que sea “siempre contrario a la crueldad” y que muestre “ternura y perdón”.

El último acto del papa en Sarajevo será un encuentro con los jóvenes de la ciudad en el centro diocesano juvenil “Juan Pablo II”.

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