Papa: “La miseria no puede esperar, no cerremos los ojos”

CIUDAD DEL VATICANO. “La miseria no puede esperar”. El papa Francisco repitió esta convicción del sacerdote Luigi Guanella, recibiendo en el aula Pablo VI a unas 5.000 personas de la Familia guanelliana.

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La obra de Guanella festeja hoy su patrona, la “Madre de la Divina Providencia”, y este año cae también en el primer centenario de la muerte del fundador. A los 5.000 presentes, Jorge Bergoglio propuso una reflexión articulada en tres ejes: “Confiarse, mirar y apresurarse”.

La afirmación sobre la miseria que no puede esperar está vinculada al tercer verbo: apresurarse. Acerca de confiarse, en cambio, el Pontífice comentó que “Dios nos cuida y quiere que nos confiemos de él”, pero a veces existe la tentación de los cristianos de no confiarse, en “creer quizás en un Dios lejano, más que a un padre misericordioso, y en tantos puede surgir incluso la duda de Dios”. Sobre el verbo mirar, sostuvo que “el Padre creador también inspira la creatividad en los que viven como hijos suyos.

Aprenden entonces a ver el mundo con ojos nuevos, que se vuelven más luminosos por el amor y la esperanza. Son ojos que permiten mirarse dentro con verdad y ver lejos en la caridad... En elmundo no faltan problemas y en nuestra época hay nuevas pobrezasy muchas injusticias. Pero la mayor carestía es la de la caridad: hacen falta sobre todo personas con ojos renovados por el amor y miradas que infundan esperanza”.

“A veces, comentó Francisco, nuestro punto de vista espiritual es miope, porque no podemos ver más allá de nuestro ego. Otras veces somos présbites: nos gusta ayudar a los que están lejos, pero no somos capaces de acercarnos a los que viven a nuestro lado. A veces, sin embargo, preferimos cerrar los ojos, porque estamos cansados, abrumados por el pesimismo”.

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