Papa pidió caridad y hospitalidad con los migrantes

VATICANO. El papa Francisco pidió a los católicos que no ignoren el drama de los migrantes, a menudo “expulsados de su tierra” por dirigentes dispuestos a hacer derramar “sangre inocente”, durante su homilía de Nochebuena. Pidió caridad y hospitalidad.

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El argentino Jorge Bergoglio, hijo de migrantes italianos, hizo de la suerte de los refugiados uno de los temas fundamentales de su pontificado, que comenzó hace casi cinco años. El Papa pidió que “nadie tenga que sentir que en esta tierra no tiene lugar” durante la tradicional Misa del Gallo. Francisco, quien llamó recientemente al “respeto del statu quo” en Jerusalén, pronunciará el lunes su quinto mensaje de Navidad “Urbi et Orbi” (A la ciudad y el mundo).

La decisión el 6 de diciembre del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel desató manifestaciones y enfrentamientos en varios países y también en la propia Belén, en Cisjordania ocupada, donde los fieles asistieron a medianoche a la Misa del Gallo en la iglesia de la Natividad.

Trump participó la noche del domingo, junto con su esposa Melania, en una misa navideña en Florida. El arzobispo Pierbattista Pizzaballa, uno de los más altos dignatarios católicos de Medio Oriente, encargado de oficiar la misa, urgió a los cristianos a tener coraje.

“Coraje, hermanos y hermanas, podemos seguir viviendo y permanecer aquí, en debilidad y quizás en la pobreza”, agregó. En su homilía, criticó las guerras emprendidas por “los Herodes de la actualidad para hacerse más grandes, para ocupar más espacio”, en referencia al rey de Judea. “Jerusalén es una ciudad de paz, no puede haber paz si uno es excluido” , dijo.

“Jerusalén es nuestra madre” y si la madre pierde a uno de sus hijos, ella “no puede encontrar la paz, entonces recemos por Jerusalén”, dijo en la ceremonia, en la que participó el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas. En la plaza del pesebre de Belén, el ambiente parecía sombrío, a pesar de los cánticos de Navidad emitidos por altavoces.

Algunos cientos de palestinos y turistas extranjeros desafiaron el frío viento cerca de la iglesia de la Natividad, erigida en el lugar en el que según la tradición nació Jesús, para ver un desfile de scouts. Desde que empezaron a aumentar las tensiones por la decisión de Estados Unidos, “la gente sale poco”, dijo a la AFP Nahil Banura, un palestino cristiano originario de Beit Sahur. “Es triste”.

Los cerca de 50.000 palestinos cristianos representan casi un 2% de la población de Cisjordania y Jerusalén Este, mayoritariamente musulmana.

Pizzaballa había dicho que “decenas” de grupos habían anulado sus visitas previstas por el miedo a disturbios después de la decisión de Trump. El domingo, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, anunció el traslado de la embajada en Israel a Jerusalén.

Israel ocupó Jerusalén en 1967 y después la anexionó, aunque la comunidad internacional ha evitado reconocer a Jerusalén como su capital, y considera que su estatuto debe ser negociado. Los palestinos consideran Jerusalén Este la capital del Estado al cual aspiran y el anuncio de Trump fue interpretado por ellos como un rechazo al derecho a tener una capital en esta zona.

En un comunicado previo a la Navidad, el presidente de la Autoridad Palestina dijo que el anuncio de Trump “alentó una desconexión ilegal entre las ciudades santas de Belén y Jerusalén”.

Abas llamó a “los cristianos del mundo a que escuchen las voces verdaderas de los cristianos nativos de la Tierra Santa (...) que rechazan con fuerza el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel”.

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