Varias grandes arterias estaban cerradas a la circulación. En particular los accesos del norte que unen la capital a Le Bourget.
El periférico, carretera de circunvalación de París, habitualmente atascado por la mañana, estaba cerrado a la circulación y reservado a los vehículos oficiales, al igual que la autopista A1, que une la capital a Le Bourget y al aeropuerto internacional de Roissy-Charles de Gaulle.
Más de 150 jefes de Estado y de gobierno se reunían el lunes en Le Bourget para abrir la COP21.
Según el centro de información de tráfico de carreteras, la circulación era “fluida” en la región parisina, lo que demuestra una importante disminución de la frecuentación.
Las autoridades habían llamado a los habitantes de la región parisina a no utilizar sus automóviles y, en la medida de los posible, que evitaran desplazarse incluso en los transportes públicos, gratuitos durante todo el día. Instaron asimismo a las empresas a dejar a sus empleados tomar un día de descanso. Algunas optaron por pedir a los asalariados que trabajaran desde sus domicilios.