Policía mata a otro joven negro cerca de Ferguson

WASHINGTON. Un policía mató a un joven negro armado en una gasolinera cerca de Saint Louis, Misuri (centro), anunció el miércoles la policía, ya cuestionada por incidentes mortales que provocaron un estallido de cólera en el país.

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El tiroteo se produjo en la noche del martes en Berkeley, una localidad cercana a Ferguson, donde estallaron disturbios el mes pasado luego de la decisión de un gran jurado de no procesar a un policía blanco que mató a Michael Brown, un afro-estadounidense de 18 años que no estaba armado.

La policía del condado de Saint Louis afirma en un comunicado que un oficial de la ciudad de Berkeley “realizó varios disparos” luego de que un hombre “sacara un arma y apuntara al oficial”, durante un “patrullaje de rutina” hacia las 23:15 locales.

“Temiendo por su vida, el oficial de Berkeley realizó varios disparos, alcanzando al sujeto e hiriéndolo mortalmente”, dijo el portavoz policial Brian Schellman.

La policía de St. Louis anunció este miércoles que abrió una investigación y que tiene una grabación de video de cámara de vigilancia que presentará en una conferencia de prensa.

Los mandos policiales anunciaron que recuperaron un arma corta luego del incidente, el cual está bajo investigación. “El segundo sospechoso huyó del lugar”, acotaron.

Según las autoridades, el joven fallecido no fue identificado, pero medios de prensa locales indicaron, en base al testimonio de una mujer que dijo ser su madre, que su nombre sería Antonio Martín, de 18 años.

“Su novia me dijo que la policía les había buscado problemas”, dijo la mujer que presentó como Toni Martin, ante varios canales locales. “Cuando intentó levantarse y huir, comenzaron a dispararle. No van a decir nada”, acotó.

Según imágenes de televisión, decenas de indignados residentes se congregaron rápidamente en la noche en torno a la estación de servicio de Berkeley, donde confluyeron importantes refuerzos policiales. Medios locales indicaron que fueron lanzados fuegos de artificio contra la estación gasolinera y la policía usó gas pimienta para dispersar a manifestantes encolerizados.

Se trata del último de una cadena de tiroteos mortales que suscitaron protestas generalizadas en el país contra la forma en que la policía estadounidense actúa ante miembros de la comunidad negra.

La actual ola de incidentes se inició en agosto con la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un oficial blanco en la cercana localidad de Ferguson, suburbio de St. Louis.

Ocurrido en agosto, el drama de Ferguson había generado un considerable revuelo en el país, particularmente entre la comunidad afroamericana. El oficial disparó 12 veces contra el joven negro desarmado. La impunidad que había concedido entonces la justicia al agente provocó decenas de furiosas protestas en el país.

Varias tragedias recientes del mismo tipo han alimentado la ira de la comunidad negra que se considera víctima de racismo por parte de la policía.

Un niño negro de 12 años fue ultimado en noviembre en Cleveland (Ohio, norte), mientras blandía una pistola de juguete en un parque infantil. En julio, Eric Garner, sospechoso de venta ilegal de cigarrillos en Nueva York, murió tras ser echado al suelo y su cuello apretado por un policía blanco.

El 14 de diciembre, por lo menos 25.000 manifestantes paralizaron varios barrios de Nueva York y miles más marcharon en Washington para exigir justicia para los negros asesinados por policías blancos.

La situación se agravó el sábado, cuando dos policías de Nueva York murieron en plena luz del día en su coche patrulla, cuando un individuo negro, luego abatido, les disparó a quemarropa, en un aparente acto de venganza.

Un grupo contra la violencia policial hacia los negros convocó a una manifestación masiva en Times Square el 31 de diciembre por la noche, desafiando la moratoria solicitada por el alcalde de Nueva York después de la muerte de los dos agentes de policía.

“Ellos no tienen el derecho de pedir que dejemos de manifestar y llamemos a silencio nuestra voz (...) Tenemos que continuar nuestra lucha mientras la policía siga cometiendo estos asesinatos, en tanto el sistema judicial se niegue a perseguir y enjuiciar a todos los policías asesinos”, dijo Carl Dix, uno de los co-organizadores del evento.

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