En un desayuno con empresarios y periodistas en Madrid, Garzón dijo que el Gobierno estadounidense “nos mira con otros ojos, los del pasado” y defendió la evolución positiva del país en diversas materias, incluido el respeto a los derechos humanos.
En el documento, el Departamento de Estado de EE.UU. apunta a la impunidad y la ineficacia del sistema judicial como infracción a los derechos humanos en Colombia, así como los desplazamientos forzados generados en su mayoría por los grupos armados, la corrupción gubernamental y la discriminación de los indígenas.
“¿Quién autorizó a Estados Unidos a mirar el tema de los derechos humanos en Colombia? Nadie. Es una intromisión en nuestros asuntos internos”, afirmó el vicepresidente Garzón, partidario de las buenas relaciones con EE.UU.
Advirtió de que si otros países analizaran la situación de los derechos humanos en EE.UU. probablemente este país “no saldría bien parado” y mencionó expresamente las instalaciones de detención en la base de Guantánamo.
Garzón pidió a los gobiernos y organismos internacionales que miren a Colombia “con ojos de presente y de futuro”, que vean el esfuerzo que ha hecho en materia de consolidación democrática, desarrollo económico, disminución de la pobreza y respeto a los derechos humanos.
“No hacemos una política de derechos humanos para dar gusto a EE.UU. o a la ONU, sino para consolidar Colombia como un país en progreso”, añadió.
En esa línea situó también las conversaciones que representantes del Gobierno mantienen en La Habana con miembros de la guerrilla de las FARC y respecto a las cuales dijo que son una apuesta por la paz y por la mejora del país.
Pidió a la comunidad internacional que colabore con el proceso a través de la presión a la guerrilla para que firme este año un acuerdo de paz, tal como pretende el presidente Juan Manuel Santos y de quien destacó su “valentía”.
De las FARC afirmó que “están debilitados militarmente, pero no derrotados” y expresó su temor a que la guerrilla no firme la paz, lo cual “sería un daño a la democracia”.
Eludió comentar la situación interna en Venezuela, pero sí salió en defensa del expresidente Álvaro Uribe, criticado por las autoridades de Caracas.
“Tenemos que defender la dignidad de los expresidentes”, aseguró Garzón, antes de agregar que su país quiere fortalecer las relaciones con Venezuela, no deteriorarlas, por lo que confía en que esa actitud sea la misma en el país vecino.