La mediocridad es mental

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Tomando partido exclusivamente por nuestro país, vengo observando los acontecimientos de orden político, económico, social, cultural y ambiental, y llego a la conclusión de que los partidos políticos siguen siendo verdaderos obstáculos para aprovechar las coyunturas favorables, y las grandes oportunidades del presente y futuro inmediato.

La mediocridad de la clase política es la pauta imperante, y un pueblo pasivo, sin capacidad de movilización, sin reacción, apático y carente de compromisos, con el futuro de nuestros hijos, nos perdemos en el vyrorei de todos los días. Tenemos hoy un Presidente y Vicepresidente electo en comicios limpio, cuyo resultado fue aceptado en su momento por todos, con el sello de respetados observadores de entidades y gobiernos de otros países. Y el Presidente electo utilizo un slogan de “marcar un nuevo rumbo”.

Y parecía, en principio, que nos dirigíamos hacia ese nuevo rumbo, no porque un presidente lo propuso, sino iba a ser el logro de todo el pueblo paraguayo. Muy pronto volvimos a la mediocridad, a la estrechez de pensamiento, en el gran výro chusco, la altanería, de politiqueros, quienes lograron recibir nuestros votos, amparados en las listas sábana, trinchándose en interminables peleas que responden a intereses subalternos, que no coinciden con las necesidades del pueblo paraguayo.

Esta forma de proceder de los parlamentarios, especialmente de la Cámara de Senadores, refleja la mediocridad y la estrechez en la forma de pensar y dar lectura al momento que vive Paraguay. Un Paraguay admirado por los grandes países de Europa, los Estados Unidos, países árabes, asiáticos etc., patentizado en el hecho de que nuestro Presidente, en su carácter de Primer Magistrado, es recibido por grandes actores de la política mundial. Y son notorios los grandes personajes del mundo que nos visita, pero que entre ellos resalta la del secretario general de las Naciones, el reverendo Ban Ki-moon y la próxima visita del papa Francisco.

Todos estos acontecimientos, acompañados de informaciones positivas, referidas al crecimiento económico, el desarrollo social, entre ellas la superación de la extrema pobreza, eventos culturales impensados en otros tiempos y hasta éxitos en diferentes disciplinas deportivas, adornan las noticias de todos los días.

Entonces, es lógico que debamos dejarnos de joder la pava y acompañar este momento del Paraguay, con una forma de pensar diferente, lejos de la mediocridad. Proceder así, será justicia.

Cayo Rojas Martínez

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