Los perros son más propensos que los gatos a sufrir otitis, debido a que su canal auditivo es profundo y tiene un ángulo recto que le da una forma de “L”. Esto impide que el oído tenga una buena ventilación y hacen que se acumulen secreciones en el fondo.
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Las orejas grandes y caídas de ciertas razas como Cocker, Basset, Teckels, y canales auditivos muy peludos como el de los caniches, Shih Tzus tienden a aumentar la humedad dentro del canal y favorecen la aparición de hongos y bacterias que infectan el oído. La baja inmunidad o bajas defensas también incrementan los riesgos a que se forme una otitis.
A estas razas de perros es necesario hacerles una limpieza de oídos más frecuentes ya sea para prevenir o tratar lo antes posible cualquier infección del oído.

La correcta forma de limpiar los oídos
- Con una gasa rodeamos la punta del dedo y humedecemos con suero fisiológico, agua oxigenada, clorexidina, o alguna gota antiséptica.
- Empezamos por la parte del pabellón auricular, luego cambiamos la gasa, usamos una nueva para el oído medio y nos vamos hasta lo más profundo que se pueda sin lastimar el oído.
- Luego el otro lado de la misma forma, nunca utilizar una única gasa para ambos oídos ya que pude haber contaminación cruzada.
- En caso de detectar dolor, olor, color, hinchazón, picazón de los oídos, acudir a tu médico veterinario.
No se recomienda medicar o automedicar a la mascota, ya que esto puede agravar el caso y puede llegar a un othohematoma que su tratamiento es quirúrgico.
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Es aconsejable poner collar isabelino cuando empiezan los rascados ya que estos lastiman y rompen los vasos de los oídos y ahí se forma este estado más grave.