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Uno de los mayores problemas que pueden surgir entre vecinos es cuando un gato sale de su propio jardín e invade espacios ajenos.
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Para evitar conflictos, asegurate de que tu gato se quede dentro de los límites de tu propiedad. Podés lograr esto entrenándolo para que se habitúe a permanecer en casa o utilizando estructuras como cercas o redes diseñadas para mantenerlos seguros.
Gestionar la limpieza y el olor, uno de los puntos más conflictivos
Los gatos son animales limpios por naturaleza, pero depende de vos mantener su entorno ordenado.
El olor que despiden las heces y orina de los gatos puede llegar a ser muy fuerte. Este hedor puede provocar disgustos en los vecinos, ya que es penetrante y muy intenso si no se toman los recaudos necesarios.
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Limpiá regularmente la caja de arena y asegurate de que esté en un lugar donde los olores no se dispersen. Esto no solo beneficiará a tu hogar, sino que también evitará que el olor moleste a tus vecinos.
Lo ideal es que la caja de arena se limpie al menos una vez al día; esto evita que los olores se acumulen y sean perceptibles no solo en tu hogar sino también en los departamentos cercanos.
Si tenés que viajar por uno o dos días, considerá pedirle a alguien de confianza que limpie la caja en tu ausencia.
El tipo de caja también importa: las cajas cubiertas o con filtro de carbón son ideales para reducir olores, ya que contienen mejor el olor y evitan que las partículas se dispersen.
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Asegurate de cambiar completamente el sustrato de la caja al menos una vez por semana, y desinfectala para mantener un ambiente saludable, tanto para el gato como para los humanos.
Otros cuidados básicos cuando se tiene gatos en casa
Aunque los gatos suelen ser silenciosos, pueden volverse bastante ruidosos durante la noche, especialmente si están en celo.
Si tu gato tiene tendencia a maullar a altas horas de la noche, considerá castrarlo o proporcionarle juguetes y actividad física durante el día para que gaste energía.
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Mantené una comunicación abierta con tus vecinos acerca de tu gato. Si tu vecino muestra preocupación, escuchalo con atención y trabajá en soluciones que ambos consideren apropiadas. La buena vecindad se basa en el respeto mutuo y la comprensión.
Por otro lado, un entorno seguro no solo protege a tu gato, sino también a tus vecinos y su propiedad. Identificá los posibles peligros en tu entorno, como plantas venenosas o calles transitadas, y tomá medidas para evitar que tu gato acceda a ellos y se lastime.
Vivir al lado de un vecino cuando tenés un gato no tiene por qué ser complicado. Siguiendo estas pautas, podés disfrutar de la compañía de tu mascota mientras mantenés una relación cordial y respetuosa con quienes te rodean.
La clave está en la comunicación abierta, el respeto mutuo y el mantenimiento de un entorno seguro tanto para tu gato como para la comunidad.