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Es común observar a los perros comiendo pasto, un comportamiento que a menudo desconcierta a sus dueños. Popularmente, se cree que los perros lo hacen para purgarse, es decir, para inducir el vómito y así limpiar su estómago.
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Sin embargo, este comportamiento es más complejo de lo que parece y no siempre tiene la finalidad que se le atribuye.
Razones detrás del consumo de pasto
1. Comportamiento instintivo: algunos investigadores sugieren que el consumo de pasto es un comportamiento instintivo heredado de los ancestros salvajes de los perros.
Los lobos y otros cánidos a menudo comen materia vegetal, lo que puede ayudar a eliminar parásitos intestinales o mejorar la digestión al añadir fibra a su dieta.
2. Deficiencia nutricional: otra teoría es que los perros comen pasto para compensar ciertas deficiencias nutricionales en su dieta, especialmente si carecen de fibra.
Aunque esta hipótesis no está totalmente corroborada por la evidencia científica, es una razón posible pero no concluyente.
3. Aburrimiento o hábito: en algunos casos, comer pasto puede ser simplemente una respuesta al aburrimiento o un hábito desarrollado sin un motivo específico.
Los perros que pasan mucho tiempo sin suficiente estimulación física o mental pueden recurrir a este comportamiento como una distracción.
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4. Malestar digestivo: aunque no todos los perros vomitan después de comer pasto, algunos lo hacen. Esta asociación ha llevado a la creencia popular de que los perros comen pasto para aliviar el malestar estomacal.
Sin embargo, los estudios han demostrado que menos de la mitad de los perros vomitan después de ingerir pasto, lo que indica que no siempre lo consumen con intención de purgarse.
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¿Cuándo preocuparse?
Es importante observar el comportamiento general de tu perro para determinar si comer pasto es un signo de un problema más profundo.
Si tu perro come pasto de manera obsesiva o muestra otros síntomas de malestar, como letargo, diarrea o pérdida de apetito, es recomendable consultar a un veterinario.