“Narcomichi” es descubierto transportando marihuana y pasta de crack

El pasado 6 de mayo, en la cárcel de Pococí, Costa Rica, agentes de la Policía Penitenciaria descubrieron una sorprendente forma de contrabando: un gato doméstico llevaba adheridos al cuerpo dos paquetes que contenían drogas.

Gato culpable, imagen ilustrativa.
Gato culpable, imagen ilustrativa.Shutterstock

Este incidente con el “Narcomichi”, como fue apodado el gato tras el incidente, ha generado debate sobre las vulnerabilidades de los sistemas penitenciarios ante estas sofisticadas estrategias criminales que explotan el comportamiento natural de los animales.

Entre 2015 y 2024, se han documentado al menos siete intentos de introducir drogas en prisiones costarricenses usando palomas, perros y gatos. Los desafíos logísticos para inspeccionar continuamente el perímetro y el uso de animales vistos como inofensivos son factores que facilitan estos actos ilícitos.

Incidente en Pococí

El incidente tuvo lugar en la noche del 6 de mayo de 2025, durante una revisión rutinaria del perímetro carcelario.

Los agentes notaron a un felino con un bulto irregular en su lomo. Al revisar, encontraron dos pequeños paquetes cubiertos de plástico negro adheridos al animal con cinta industrial. El gato fue llevado a una sala de seguridad, donde expertos retiraron los paquetes.

Se confirmó la presencia de 235.65 gramos de marihuana y 67.76 gramos de pasta de crack, junto con papel para crear boletas. El gato, apodado “narcomichi”, fue entregado al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) para verificar su salud.

Precedentes y otros casos

Este método no es inédito. En agosto de 2018, en el Centro Penitenciario “La Reforma” de Alajuela, fue interceptado otro gato con marihuana y dos teléfonos móviles. En julio de 2021, en Costa Rica, se encontraron dos gatos transportando drogas en diferentes prisiones.

Fuera de Costa Rica, en abril de 2021, Panamá decomisó drogas a un gato en la Cárcel Nueva Esperanza. En Rusia, en octubre de 2024, se descubrieron drogas en el collar de un gato en el centro penitenciario de Novomoskovsk.

Dificultades para el control

Los especialistas en criminología destacan la dificultad de asignar responsabilidad penal directa debido al papel involuntario de los animales en el tráfico de drogas. Estas estrategias plantean desafíos significativos para las autoridades penitenciarias que buscan fortalecer los protocolos de seguridad, informó Infobae.

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