Tener una mascota cuando vivís solo puede mejorar tu bienestar emocional, darte rutina e incluso ayudarte a combatir la soledad.
Pero no todas las mascotas se ajustan igual a cada estilo de vida. Estas son las ventajas y desafíos de convivir con un gato, un perro o un conejo.
Lea más: Los hábitos alimenticios ideales para razas pequeñas: nutrición y salud
Gato: independiente, pero afectuoso

Pros:
- Autonomía total: no necesita paseos ni atención constante. Ideal para personas con horarios variables.
- Bajo mantenimiento: basta con comida, agua y una caja limpia.
- Compañía tranquila: muchos gatos son mimosos, sobre todo al final del día.
Contras:
- Pueden rasguñar muebles o cortinas.
- Algunas personas son alérgicas a su pelo.
Lea más: Cómo mejorar el vínculo con tu gato: cinco claves para una relación más cercana
Perro: leal, activo y estructurador

Pros:
- Compañerismo total: son afectivos, protectores y siempre buscan estar cerca.
- Rutina saludable: los paseos diarios pueden ayudarte a ordenar tu día.
- Sensación de seguridad: muchos avisan si algo raro ocurre en casa.
Contras:
- Demandan tiempo, atención y ejercicio.
- No son recomendables si viajás seguido o tenés poco tiempo libre.
Lea más: Tortugas terrestres vs. acuáticas: en qué se diferencian y cómo cuidarlas bien
Conejo: adorable y silencioso

Pros:
- Perfecto para espacios chicos: tranquilo y casi sin ruidos.
- Cariñoso si lo socializás bien: pueden generar vínculos fuertes con sus cuidadores.
- No necesita paseos: pero sí espacio para moverse dentro de casa.
Contras:
- Cuidado especial: su dieta y limpieza requieren atención constante.
- Puede morder cables u objetos si no está bien supervisado.