¿Por qué sienten celos las mascotas?
Al igual que los humanos, los animales son seres sociales que desarrollan vínculos afectivos con sus tutores y con otros miembros del hogar. El problema suele surgir al introducir una nueva mascota, cuando hay cambios en la rutina familiar, o ante situaciones en las que alguno de los animales percibe que recibe menos atención o recursos (como comida, juguetes o cariño).
Según especialistas en comportamiento animal, los celos no equivalen exactamente a los sentimientos humanos, pero sí existen reacciones emocionales complejas.
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Un perro o gato puede manifestar incomodidad, ansiedad o competencia si siente que su lugar está siendo desplazado.
Señales de celos y conflicto entre mascotas

Es vital detectar ciertos comportamientos que pueden indicar celos o malestar. Entre las señales más comunes destacan:
- Conducta territorial: marcar objetos o espacios que previamente no marcaban.
- Búsqueda excesiva de atención: demandar caricias, saltar sobre las personas, interponerse entre el tutor y la otra mascota.
- Agresión o gruñidos: peleas, ladridos, bufidos o posturas defensivas.
- Desobediencia repentina: ignorar órdenes o reglas ya aprendidas.
- Cambios en el apetito o hábitos de higiene: comer menos, hacer sus necesidades en lugares inadecuados.
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Consejos para evitar peleas y fomentar la armonía
Prevenir los celos y los conflictos implica actuar de manera preventiva y consciente. Aquí algunos consejos recomendados por etólogos y veterinarios:
- Dedicá tiempo individual: asegurate de pasar momentos a solas y de calidad con cada mascota, garantizando que ambas se sientan importantes.
- Presentaciones controladas: cuando incorporás un nuevo animal, permití que se conozcan gradualmente, en un ambiente neutral y bajo supervisión.
- Respetá los espacios: proveé zonas de descanso y alimentación separadas para cada mascota. Esto evitará disputas por territorio o recursos.
- Reforzá el buen comportamiento: premiá las actitudes positivas y la convivencia tranquila con cariño o recompensas.
- Evitá preferencias evidentes: intentá ser equitativo en los gestos de afecto y atenciones.
- Atendé signos de estrés: si alguna de las mascotas muestra señales de ansiedad o agresividad, consultá con un especialista antes de que el problema escale.
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¿Cuándo pedir ayuda profesional?
Si los conflictos persisten, se vuelven violentos o alguna mascota resulta herida, lo ideal es buscar la ayuda de un veterinario o un especialista en comportamiento animal. El manejo experto puede evitar daños mayores y restablecer la paz en el hogar.
Convivencia feliz: el papel del tutor
La clave para una convivencia sana entre mascotas es la observación atenta, la paciencia y el compromiso responsable.
Los celos pueden gestionarse con empatía, permitiendo que cada animal disfrute su propio espacio y reciba el amor que necesita.
Recordemos que las mascotas no solo requieren alimento y abrigo, sino también afecto, reconocimiento y comprensión de sus emociones. Así construiremos un hogar más armonioso y feliz para todos sus integrantes.