¿Tu gato se aleja cuando lo acariciás?: señales de sobreestimulación y cómo ayudarlo

Si tu gato se irrita o te muerde al acariciarlo, podría estar sobreestimulado. Esta reacción es más común de lo que parece y no significa que no te quiera. Cómo reconocer las señales, evitar el estrés y mejorar el vínculo con tu felino.

Gato.
Gato.Shutterstock

¿Qué es la sobreestimulación felina?

La sobreestimulación ocurre cuando un gato recibe más estímulos físicos (caricias, cepillado, etcétera) de los que puede tolerar, lo que puede generar incomodidad, nerviosismo o incluso conductas agresivas.

Cada felino tiene su propio umbral de tolerancia al contacto, que puede variar según su carácter, experiencias previas, estado de ánimo o salud.

Señales frecuentes de sobreestimulación

El primer paso para mejorar la relación con tu gato es aprender a leer su lenguaje corporal.

Gato.
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Algunas señales que pueden indicar que tu gato está sobreestimulado son:

  • Movimientos rápidos de la cola: golpeteo o agitación brusca de la cola.
  • Orejas hacia atrás o hacia los lados: indica molestia o inquietud.
  • Contracción de la piel: movimiento muscular visible en la zona donde lo acaricias.
  • Vocalizaciones: maullidos fuertes, gruñidos o bufidos.
  • Mirada fija o dilatación de pupilas: indica alerta o incomodidad.
  • Intentos de alejarse: levantarse, moverse o esconderse.
  • Reacción agresiva: mordisquitos o zarpazos repentinos.

¿Por qué ocurre la sobreestimulación?

La sobreestimulación puede depender de factores como la sensibilidad individual del gato, una socialización deficiente o experiencias pasadas negativas relacionadas con el contacto físico.

Algunos gatos simplemente prefieren el espacio personal y solo toleran caricias en ciertas zonas (como barbilla, mejillas o la base de la cola).

Consejos para mejorar el vínculo y respetar sus límites

  1. Observá y escuchá a tu gato: prestá atención a las señales anteriores para saber cuándo detenerte. No fuerces el contacto si notás signos de incomodidad.
  2. Ofrecé caricias de calidad, no cantidad: muchos gatos disfrutan de sesiones cortas de afecto en lugar de largos periodos de caricias.
  3. Respetá sus zonas favoritas: identificá los lugares donde le gusta que lo acaricien (generalmente cabeza, mejillas y base de la cola). Evitá zonas sensibles como el vientre si notás incomodidad.
  4. Creá momentos de juego: fomentar el juego interactivo fortalece el vínculo y permite compartir tiempo sin contacto físico directo.
  5. Marcá rutinas positivas: alimentar, jugar y mimar a tu gato a la misma hora cada día ayuda a crear confianza y previsibilidad.
  6. No castigues nunca: si tu gato reacciona mal, alejate y permití que se calme. El castigo solo generará más estrés y desconfianza.
  7. Consultá al veterinario si los cambios son recientes: a veces, la aversión al contacto puede estar relacionada con dolores o problemas de salud.

Cada gato es único y muestra su cariño de distintas maneras. Aprender a respetar sus tiempos y señales es fundamental para fortalecer el vínculo y garantizar una convivencia armoniosa. El afecto se demuestra también respetando su espacio y necesidades.

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