Cambios estacionales: lo que tenés que saber para cuidar a tu mascota

El clima afecta más que nuestras actividades; las estaciones también transforman la salud y el bienestar de nuestras mascotas. Desde alergias primaverales hasta golpes de calor veraniegos, descubra cómo cada cambio impacta en sus peludos amigos y prevenga emergencias.

Un perro se rasca.
Un perro se rasca.adogslifephoto

Lo que cambia con el clima

Las estaciones modifican temperatura, humedad, horas de luz y hábitos de salida. En perros y gatos, eso se traduce en variaciones inmunológicas, de piel y pelaje, actividad física, exposición a vectores y estrés.

Organizaciones como la AVMA (Asociación Americana de Medicina Veterinaria) y la WSAVA (World Small Animal Veterinary Association) señalan que los picos de calor y frío, así como los cambios bruscos, concentran la mayor parte de las urgencias prevenibles.

Primavera: alergias y parásitos en ascenso

  • Polen y polvo pueden detonar dermatitis atópica y rinitis. En gatos con asma, el aumento de alérgenos ambientales agrava la tos y la dificultad respiratoria.
  • Con el clima más templado aumentan pulgas y garrapatas. El CAPC (Consejo de Parásitos de Animales de Compañía) advierte que los vectores expanden su actividad con mayor humedad, elevando el riesgo de hemoparásitos y enfermedad de Lyme en áreas endémicas.
  • Los paseos más largos exponen a espiguillas y cuerpos extraños en oídos y fosas nasales.

Verano: golpe de calor y quemaduras

Perro de la raza Akita inu.
Perro en el sol.
  • El golpe de calor puede instalarse en minutos. Braquicéfalos, cachorros, geriátricos y animales con obesidad o enfermedades cardíacas corren más riesgo.
  • Asfalto y arena caliente provocan quemaduras en almohadillas. También aumentan otitis por humedad tras baños o juegos acuáticos.
  • Animales de pelaje claro o zonas de piel despigmentada pueden sufrir quemaduras solares; los veterinarios recomiendan bloqueadores específicos para mascotas en áreas expuestas.

Otoño: actividad, peso y mudas

Perro estornuda.
Perro estornuda.
  • Con menos horas de luz suelen caer los niveles de actividad. Sin ajuste de porción, el riesgo es el aumento de peso, un factor ligado a osteoartritis, diabetes y menor expectativa de vida.
  • La muda estacional puede intensificarse; cepillados regulares ayudan a prevenir bolas de pelo en gatos y problemas de piel.
  • El inicio de clases y cambios de rutina pueden disparar ansiedad por separación en perros sensibles.

Invierno: frío, articulaciones y tóxicos

Cómo saber si tu mascota tiene fiebre.
Perro con fiebre.
  • El frío exacerba dolor por artrosis. Se recomienda control del peso, superficies antideslizantes y ejercicio moderado y regular.
  • Piel seca, caspa y prurito aumentan con calefacción intensa y baja humedad. Humidificar ambientes y usar champús emolientes ayuda a la barrera cutánea.
  • La hipotermia y la congelación amenazan a cachorros, geriátricos y razas de pelo corto. Secar bien tras la lluvia o nieve es clave.
  • Envenenamiento por anticongelantes a base de etilenglicol es una emergencia conocida; pequeñas cantidades resultan letales en horas, advierten.

Parásitos todo el año: prevención informada

  • Pulgas, garrapatas y gusano del corazón (Dirofilaria immitis) requieren planes preventivos continuos. Recomiendan protección durante todo el año, ajustada a riesgo y biogeografía.
  • La desparasitación interna periódica reduce zoonosis como toxocariasis.

Salud mental y rutina

  • Cambios en horarios de paseo, encierro por lluvia o calor y menos luz natural impactan el bienestar emocional. El enriquecimiento ambiental (juguetes de forrajeo, rascadores, rompecabezas) y la previsibilidad de rutinas reducen estrés.
  • Gatos son especialmente sensibles a alteraciones del entorno; esconderse, vocalizar o eliminar fuera de la bandeja puede indicar angustia.

Señales de alerta y cuándo consultar

  • Dificultad respiratoria, jadeo excesivo, colapso, vómitos persistentes, cojera aguda, prurito que interrumpe el sueño, heridas en almohadillas, fiebre, letargo marcado o cambios bruscos de conducta ameritan atención veterinaria inmediata.
  • En días de calor, si la temperatura corporal no baja con primeros auxilios (sombra, agua fresca, ventilación), hay que acudir a una clínica. En frío, temblores intensos, encorvamiento y apatía son banderas rojas.

Qué recomiendan las guías

  • Nunca dejar animales en vehículos cerrados; agua disponible y sombra en calor; protección de almohadillas y abrigo adecuado en frío.
  • Planes de vacunación y desparasitación basados en riesgo; control de peso y condición corporal en cada consulta; manejo del dolor crónico en artrosis.
  • Prevención integral contra vectores, chequeos de gusano del corazón y test periódicos de enfermedades transmitidas por garrapatas en zonas de riesgo.
  • Ajustar alimentación a la estación (calorías según actividad), mantener ejercicio regular y revisar piel, oídos y almohadillas tras salidas reduce eventos evitables. Recordá que un plan preventivo, diseñado con el veterinario, amortigua el impacto de cada cambio estacional en perros y gatos.
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