El corazón en la mira
El bóxer es una de las razas caninas con mayor predisposición a trastornos cardíacos.

En el imaginario popular se suele hablar de “corazón grande” y, por extensión, de cardiomiopatía dilatada (CMD). Sin embargo, lo más característico en la raza es la miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (MAVD), también conocida como “cardiomiopatía del bóxer”. La CMD puede presentarse, pero es menos frecuente que en otras razas grandes.
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CMD versus MAVD: no es lo mismo

- Cardiomiopatía dilatada: el músculo cardíaco pierde fuerza de contracción, las cavidades se dilatan y puede aparecer insuficiencia cardíaca congestiva. Es típica de razas como dóberman o gran danés. En el bóxer, existe pero no es el cuadro predominante.
- Miocardiopatía arritmogénica: el tejido muscular del ventrículo derecho se reemplaza en parte por grasa y fibra, favoreciendo arritmias ventriculares potencialmente graves. En el bóxer, esta entidad es familiar y de base genética. Un marcador estudiado es una variante en el gen de la estriatina; su presencia no garantiza la enfermedad, pero aumenta el riesgo, según investigaciones académicas y consensos clínicos.
Señales de alerta que no conviene pasar por alto

- Desmayos (síncopes), sobre todo durante o después del ejercicio.
- Intolerancia al esfuerzo, jadeo excesivo o fatiga inusual.
- Latidos “saltados” o pulso irregular que podés notar al acariciar el pecho.
- Tos nocturna, respiración acelerada en reposo o abdomen distendido en fases de insuficiencia. Ante cualquiera de estos signos, conviene una consulta cardiológica sin demora.
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Cómo se diagnostica

- Examen clínico y electrocardiograma (ECG).
- Holter de 24 horas para detectar arritmias ventriculares intermitentes, clave en bóxer.
- Ecocardiografía para medir función y cavidades; distingue patrones de CMD y cambios compatibles con MAVD.
- Biomarcadores como NT-proBNP o troponina I pueden apoyar la interpretación.
- Pruebas genéticas en líneas de cría ayudan a estimar riesgo, aunque no reemplazan los estudios clínicos.
Qué se sabe sobre la alimentación
La discusión sobre dietas “libres de granos” y cardiomiopatías generó preocupación. Los consensos del American College of Veterinary Internal Medicine (ACVIM) señalan que la relación entre ciertos patrones dietarios y CMD es compleja y sigue en estudio.

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En el bóxer, cuando aparece disfunción tipo CMD, el veterinario puede sugerir evaluar taurina y carnitina, revisar la dieta y, si hiciera falta, cambiar a un alimento completo y balanceado de fabricante con control de calidad reconocido. La suplementación solo se indica tras valoración profesional.
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Tratamientos disponibles
- Antiarrítmicos (como sotalol o mexiletina) para reducir arritmias ventriculares y riesgo de síncope o muerte súbita en MAVD.
- Pimobendán y, si hay insuficiencia, diuréticos, inhibidores de la ECA o antagonistas de aldosterona cuando existe disfunción sistólica o congestión.
- Ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a estabilizar el ritmo en algunos casos.
- Restricción moderada de ejercicio vigoroso si se documentan arritmias; paseos y actividad controlada suelen ser aceptables tras indicación veterinaria. El plan se ajusta a cada perro según hallazgos de Holter y ecocardiografía.
Pronóstico y calidad de vida
El pronóstico es variable. Perros con arritmias controladas y sin dilatación significativa pueden mantener buena calidad de vida durante años.
La progresión hacia insuficiencia cardíaca o arritmias refractarias empeora el panorama, por lo que el monitoreo regular es decisivo.
Qué pueden hacer tutores y criadores responsables
- Realizar tamizajes cardiológicos periódicos desde la adultez: ecocardiograma y Holter anual son las herramientas más útiles en la raza.
- Evitar la reproducción de animales con arritmias significativas, ecocardiogramas anormales o pruebas genéticas de alto riesgo sin evaluación integral.
- Registrar eventos de síncope, tolerancia al ejercicio y frecuencia respiratoria en reposo; llevar estos datos a las consultas ayuda a afinar el tratamiento.
- Mantener un peso corporal adecuado y un plan de ejercicio acorde al estado cardíaco.