El diagnóstico de VIF aún provoca temores, renuncias a la adopción e incluso decisiones de eutanasia que la evidencia científica no respalda.
El llamado “sida felino” no es lo mismo que el VIH humano, no se contagia a personas y, con cuidados básicos, muchos gatos positivos pueden vivir años con buena calidad de vida.
Esto es lo que dicen hoy la ciencia veterinaria y las guías clínicas, sin alarmas ni eufemismos.
Lea más: Leucemia en gatos: estos son los síntomas a los que deberías prestar atención
Qué es el VIF y qué no es
El virus de la inmunodeficiencia felina (Feline Immunodeficiency Virus, FIV en inglés) es un lentivirus que afecta exclusivamente a los gatos. Ataca progresivamente el sistema inmunitario, predisponiendo a infecciones secundarias, problemas dentales, cutáneos y respiratorios.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

No es el mismo virus que el VIH y no hay evidencia de transmisión a humanos ni a otras especies.
A diferencia de la leucemia felina (FeLV), con la que a menudo se confunde, el VIF suele avanzar de forma lenta. Muchos gatos permanecen asintomáticos largos periodos y algunos nunca desarrollan enfermedad clínica significativa.
Cómo se contagia realmente
La vía de transmisión principal es la mordida profunda entre gatos, donde la saliva infectada entra en contacto directo con tejidos.
Por eso la prevalencia es mayor en machos enteros que deambulan al aire libre y pelean por territorio. El contagio por convivencia pacífica en interiores es poco probable: compartir comederos, bebederos, areneros o acicalarse mutuamente rara vez basta para transmitir el virus.
Lea más: Gingivitis felina: por qué la boca de tu gato podría estar doliéndole más de lo que creés
La transmisión de madre a cría puede ocurrir, pero es infrecuente.
La esterilización, la vida en interior y evitar peleas son las medidas más eficaces para reducir la propagación.
Diagnóstico: qué significa un “positivo”
Las pruebas rápidas en consulta detectan anticuerpos frente al VIF. Un resultado positivo indica exposición al virus, pero debe interpretarse con contexto:
- En gatitos, los anticuerpos maternos pueden dar falsos positivos hasta los 6 meses; se recomienda repetir después de esa edad o confirmar con PCR.
- En gatos vacunados con las antiguas vacunas contra VIF (retiradas o en desuso en muchos países), las pruebas de anticuerpos pueden seguir dando positivo. La confirmación por PCR o pruebas de laboratorio de referencia ayuda a distinguir infección real.
- Un negativo reduce mucho la probabilidad de infección, pero un periodo ventana tras una mordida reciente puede requerir repetir la prueba semanas después.
El diagnóstico definitivo guía decisiones de manejo, no una “sentencia”.
Vivir con VIF: manejo y pronóstico
El VIF no tiene cura, pero el manejo es claro y, en muchos casos, sencillo:
- Controles veterinarios regulares para detectar y tratar precozmente infecciones secundarias.
- Vida en interior o con acceso controlado para minimizar exposiciones y peleas.
- Esterilización para reducir conductas de riesgo.
- Nutrición equilibrada, cuidado dental y control de parásitos.
- Vacunación frente a otras enfermedades, siguiendo criterio veterinario.
El pronóstico es variable, pero numerosos estudios muestran que gatos VIF positivos, especialmente si están esterilizados y viven bajo cuidado doméstico, pueden alcanzar una esperanza de vida comparable a la de gatos negativos.
La eutanasia basada únicamente en un resultado positivo, sin enfermedad clínica, no está justificada.
Convivencia con otros gatos
La clave es evaluar el comportamiento del grupo. En hogares estables, sin peleas ni mordidas, el riesgo de transmisión es bajo.
La introducción de un gato VIF positivo en una casa con otros felinos debe hacerse de forma gradual y supervisada, como con cualquier gato. Mantener a todos esterilizados y en interiores reduce aún más el riesgo.
Lo que no se recomienda es permitir que un gato VIF positivo deambule y pelee al exterior.
Mitos comunes, revisados
- “Es contagioso para humanos y perros”: falso. El VIF es específico de gatos.
- “Se transmite por cuencos, areneros o caricias”: improbable en condiciones normales; la mordida es el vector relevante.
- “Todos los gatos VIF enferman y mueren pronto”: falso. Muchos permanecen sanos durante años.
- “No se deben adoptar gatos VIF”: injustificado. Con información y manejo responsable, pueden ser excelentes compañeros.
¿Existe vacuna?
Hubo vacunas frente al VIF en algunos países, pero su uso cayó en desuso y muchas se retiraron por eficacia limitada y por interferir con las pruebas diagnósticas de anticuerpos.
Hoy, la prevención se centra en esterilización, vida en interior y manejo del comportamiento.
Lo esencial
El VIF es una infección felina crónica y manejable. No es una amenaza para humanos, ni una condena para el gato. Información precisa, pruebas bien interpretadas y cuidados básicos son la diferencia entre el miedo y una convivencia segura y afectuosa.
Si tu gato ha dado positivo o estás considerando adoptar uno con VIF, consulta con tu veterinario para diseñar un plan de cuidados adaptado. La evidencia indica que, con acompañamiento profesional y un entorno estable, la vida con VIF puede ser larga y plenamente felina.