Explorando la memoria en perros y gatos: secretos que transforman su interacción contigo

Los perros y gatos, amigos leales, poseen una memoria sorprendente. Investigaciones recientes revelan cómo relacionan lugares y experiencias, desafiando creencias comunes. Descubrir su mundo mental nos invita a comprender mejor nuestra conexión con ellos y enriquecer nuestras vidas.

Perro juega un juego de memoria.
Perro juega un juego de memoria.Shutterstock

Los dueños de mascotas suelen estar convencidos de que sus animales “saben” más de lo que aparentan. Y en parte es cierto: perros y gatos no solo aprenden rutinas; también pueden retener información sobre lugares, personas, olores y hasta eventos recientes.

La ciencia lleva décadas desmontando mitos y diseccionando qué recuerdan, por cuánto tiempo y cómo funciona esa memoria comparada con la humana.

No es una sola memoria: tipos y alcances

En animales (y en humanos) la memoria no es un bloque único.

Perro juega un juego de memoria.
Perro juega un juego de memoria.

Incluir varias “memorias” ayuda a entender las habilidades de perros y gatos:

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

  • Memoria asociativa: vincular estímulos y consecuencias (el timbre de la puerta con la llegada de alguien, un transportín con la visita al veterinario). Es la base del adiestramiento.
  • Memoria espacial: mapas mentales de recorridos, escondites y ubicaciones de recursos. Gatos y perros la usan a diario para orientarse en casa y en exteriores.
  • Memoria procedimental: “saber hacer”, como ejecutar una orden, usar una caja de arena o abrir una puerta empujando.
  • Memoria de trabajo: retener información por segundos o minutos para resolver tareas inmediatas.
  • Memoria episódica: recuerdo de eventos específicos, ligados a un “qué, dónde y cuándo”. En animales, los científicos la llaman “episódica‑like” o memoria de tipo episódico, porque no sabemos si incluyen la vivencia subjetiva del recuerdo como en los humanos.

Qué dice la ciencia en perros

Varias investigaciones del grupo de etología comparada de la Universidad Eötvös Loránd (Hungría) mostraron que los perros pueden recordar acciones observadas y luego imitarlas tras demoras de minutos a horas, lo que sugiere una memoria episódica‑like.

Cachorro.
Cachorro.

En protocolos de “hacé lo que yo hice”, los perros veían una acción, realizaban otra tarea intermedia y, al ser puestos a prueba, reproducían la acción observada pese a no haber sido entrenados específicamente para recordarla.

Otros hallazgos relevantes:

  • Identidad social: los perros discriminan y recuerdan voces, rostros y olores de personas y otros perros por largos periodos. Hay abundante evidencia de que reconocen a sus dueños tras meses o incluso años separados.
  • Olor como archivo: el olfato es central en su memoria. Rastros y aromas funcionan como “claves” que reactivan recuerdos, facilitando la orientación y el reconocimiento.
  • Estabilidad de hábitos: rutinas de paseo y alimentación se consolidan con rapidez y se sostienen en el tiempo, a la vez que son sensibles a cambios del entorno (horarios, lugares).

Qué dice la ciencia en gatos

Los gatos también muestran memoria compleja, a menudo subestimada. Estudios japoneses han documentado que recuerdan qué recipiente contenía comida y dónde estaba ubicado hasta al menos 15 minutos después, un patrón compatible con memoria episódica‑like del tipo “qué‑dónde‑cuándo”.

Gato con juguete.
Gato con juguete.

Otros trabajos han mostrado que pueden recordar sus propias acciones recientes.

Claves felinas:

  • Excelencia espacial: los gatos crean mapas internos del hogar y rutas de escape; recuerdan la localización de recursos y de personas.
  • Reconocimiento social: aunque su relación con los humanos es más independiente, distinguen voces familiares, olores y rutinas de interacción.
  • Preferencias y aversiones: experiencias intensas (positivas o negativas) se consolidan con fuerza, por ejemplo con transportines, ruidos o lugares.

¿Cuánto dura el recuerdo?

Depende del tipo de memoria, la relevancia emocional, la repetición y el contexto.

  • Segundos a minutos: memoria de trabajo (por ejemplo, seguir una orden tras una breve demora).
  • Minutos a horas: recuerdos episódica‑like de eventos recientes (imitar acciones, recordar ubicaciones de comida).
  • Días a meses: hábitos, rutas y asociaciones habituales.
  • Meses a años: identidades sociales (personas, compañeros) y experiencias altamente significativas, especialmente si se reactivan de vez en cuando.

En ambos animales, las “claves” ambientales (olores, sonidos, objetos) disparan con fuerza los recuerdos. Sin esas claves, el rendimiento puede parecer menor incluso si el recuerdo existe.

Lo que no pueden hacer (y por qué importa)

  • Narrarse a sí mismos: no hay evidencia de que perros o gatos “relaten” internamente su pasado como lo haría un humano; por eso se habla de memoria “episódica‑like”.
  • Detalles arbitrarios sostenidos: sin relevancia o refuerzo, los detalles se desvanecen más rápido.
  • Generalización ilimitada: el aprendizaje es específico del contexto; cambiar lugar, voz o señal puede “borrar” temporalmente lo aprendido.

La edad sí pesa: deterioro cognitivo

Con la vejez, es común un declive en memoria y aprendizaje.

Perro de paseo.
Perro de paseo.

En perros se reconoce el síndrome de disfunción cognitiva (análogo al Alzheimer humano), con desorientación, alteraciones del sueño y pérdida de hábitos.

En gatos mayores también se observan cambios similares. La detección temprana permite intervenciones ambientales, dietéticas y de enriquecimiento que retrasan el deterioro.

Cómo ayudar a tu mascota a recordar mejor

  • Repetición con variedad: practicá señales en distintos contextos y con diferentes claves.
  • Refuerzos consistentes: premiá lo que quieras mantener; evitá castigos que generan asociaciones negativas difíciles de revertir.
  • Juegos olfativos y de búsqueda: explotan la fortaleza del olfato en perros y la exploración en gatos.
  • Rutinas predecibles con pequeños retos: estabilidad más desafíos cognitivos (rompecabezas, entrenamiento breve, circuitos).
  • Sueño y bienestar: descanso, ejercicio adecuado y estrés bajo favorecen la consolidación de la memoria.
  • En mayores: consulta veterinaria, dietas específicas, suplementos cuando corresponda y enriquecimiento cognitivo adaptado.

Perros y gatos recuerdan mucho más de lo que dicta el tópico. Su memoria es rica, pero distinta a la humana: depende en gran medida de la relevancia, el contexto y las claves sensoriales.

Entender esos mecanismos no solo resuelve dudas sobre “qué tanto se acuerdan”, también ayuda a diseñar mejores entrenamientos, enriquecer su día a día y cuidar su salud cognitiva a lo largo de la vida.

Enlace copiado