Esculturas se convierten en arrecifes en un nuevo museo sumergido en Florida

MIAMI. Apenas sumergidas en el mar y mientras los buzos acababan de instalarlas en el fondo del Golfo de México, en Florida, se empezaron a asomar los primeros bancos de peces a las esculturas del nuevo Museo de Arte Sumergido (UMA, en inglés).

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La estrategia de ampliar con arrecifes artificiales las poblaciones de peces en Florida y el deseo de estimular la creación artística se unieron en un mismo proyecto, en el llamado Panhandle de Florida, en el noroeste del estado. Siete grandes esculturas hechas con cuatro materiales “ambientales” permitidos fueron las escogidas para la exposición inaugural el pasado 25 de junio, explicó a Efe Melissa Wheeler, de la Alianza Cultural de Artes del condado de Walton (CAA, en inglés).

A estas obras, colocadas a unos 20 metros (60 pies) de profundidad y frente al parque estatal Grayton, se irán sumando más piezas que a la postre se convertirán también en refugios de vida marina para impulsar la pesca y el turismo en la región. La piezas, precisó Wheeler, deben ser trabajadas exclusivamente en “hormigón limpio, piedra caliza, acero inoxidable y aluminio”.

Durante los dos últimos años, la CAA y la Asociación de Arrecifes Artificiales de South Walton (SWARA) se empeñaron en crear el primer museo subacuático permanente del país para impulsar el medio ambiente, el arte y, de paso, la economía local. Desde 2013, el grupo ambientalista ha instalado más de una decena arrecifes artificiales en las costas del condado Walton, cuyos frutos se empiezan a ver con ejemplares juveniles de pargo rojo, mero y peces espada, como también pulpos y tortugas marinas.

El nuevo arrecife “artístico” se suma a unos 2.700 más en los 34 condados costeros de Florida, creados con diversos propósitos, como reponer poblaciones locales de vertebrados e invertebrados marinos, mitigar la pérdida local de hábitat y promover la observación de la fauna marina o la pesca.

En Walton, Andy McAlexander fundó SWARA con la idea de incrementar el hábitat para peces y ostras e impulsar el turismo con actividades como el buceo, la pesca y safaris submarinos fotográficos. En un área donde el lecho del Golfo de México es en un 95% un arenal estéril, los arrecifes han ayudado a crear estas opciones recreativas. Debido a que South Walton tiene aguas profundas muy cerca de la costa, los arrecifes artificiales están abiertos para esnórquel, el kayak, la pesca y la natación sin necesidad de llegar en una embarcación.

Según un estudio de la Universidad de Florida, la relación coste-beneficio de los arrecifes artificiales en partes del noroeste de este estado se estimó en 131, “un valor que indica un retorno extremadamente alto y positivo”.

La muestra inaugural del UMA cuenta, entre otras esculturas, con una piña, de la artista Rachel Herring, un pulpo de Allison Wickey y un venado de Justin Gaffrey, entre otras piezas, todas sumergidas tras ser atadas a un pedestal de más de una tonelada de peso al que se le incrusta piedra caliza para atraer los corales. Además, incluye un cráneo de una extraña criatura que bautizaron como SWARA y que estará en el centro del arrecife.

La directora ejecutiva de la CAA, Jennifer Steele, agradeció el apoyo e interés nacional e internacional que ha despertado el museo, que ya ha abierto la convocatoria a artistas interesados en enviar obras para la muestra de 2019. La CAA señaló que no existe una regla única, pero que a esas profundidades funcionan mejor piezas grandes, altas, pesadas y que además no es necesario tanto detalle en ellas.

“Queremos que los arrecifes sean un recurso educativo vivo”, explicó McAlexander. “Lo usaremos para enseñarles a los residentes, visitantes y niños acerca de la variedad de recursos naturales que existen al alcance de la mano”, agregó. Por otro lado, señaló que la “perspectiva cuando se ven las esculturas en un entorno marino es drásticamente diferente que cuando se está en tierra”.

El fundador de SWARA cuenta que, justo después de sumergir las esculturas, él mismo se zambulló en el mar y de inmediato confirmó que el propósito de la iniciativa se había cumplido “al ver bancos de peces cebo pululando por las estructuras, validando por completo todo el esfuerzo”.

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