Estos dos funcionarios de la provincia de Guangdong (sur) obtenían los cadáveres desenterrados de manos de un “saqueador de cementerios”, quien aparentemente robó al menos 20 cuerpos, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
Los dos responsables, He y Dong, estaban “encargados de aplicar una reforma de los procedimientos funerarios”, precisó este medio estatal.
En el momento de su detención, ambos individuos explicaron que tenían la presión de cumplir con las cuotas de incineración fijadas por sus superiores, y que el envío de esos cadáveres al crematorio les permitía aumentar sus estadísticas.
Según Xinhua, Dong pagó aproximadamente 3.000 yuanes (390 euros) por cada uno de los cuerpos que compró, mientras que He pagaba la mitad.
Las tradiciones milenarias del culto de los ancestros en China exigen que las familias entierren a sus parientes muertos y construyan un sepulcro en la tierra. En China no es raro elegir y comprar su propio féretro en vida.