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La víctima, profesor de un colegio capitalino, relató lo que vivió ayer en horas de la siesta en el camino de salida de la Costanera Norte de Asunción. El docente contó que iba frente a la patrullera de la Policía —que encabezaba el transporte de nueve reclusos de Emboscada— y era conducida por el comisario Félix Ferrari, quien luego fallecería, y que la camioneta que arrancó el ataque lo dejó pasar.
El profesor sintió el impacto del choque contra la patrullera y escuchó la balacera que posteriormente se produjo entre policías y criminales que ayudaron a fugarse a Jorge Teófilo Samudio, alias Samura.
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Entonces, contó, detuvo la marcha y fue alcanzado por las balas, que impactaron contra su vehículo y una de ellas se incrustó en uno de sus hombros. En ese momento, no se había dado cuenta, pero en el asiento de atrás, del lado del conductor, había una mochila con una computadora portátil que quedó destrozada por el impacto de una de las balas.
El docente relató que la máquina allí literalmente le salvó la vida porque, caso contrario, la bala hubiera impactado contra su espalda o cintura.
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En ese momento, aún en shock, la víctima, ensangrentada, se escondió detrás de una columna en el momento en que se registraba la fuga del capo narco y el homicidio de Ferrari.
“A mí me agarraron de espalda, yo no vi nada (...) No sé por qué me jugaron a mí, no tengo nada que ver (...) Cuando hubo todo el tiroteo me bajé del vehículo y me puse detrás de una columna. Yo ya estaba ensangrentado”, detalló.
Posteriormente, volvió a subir a su vehículo y fue hasta su casa, que está cerca del sitio. “Pedí socorro a mi esposa, que se operó hace poco”, dijo, al tiempo de indicar que en ese momento llegó una patrullera para ayudarlo.
“Fue una conmoción para mí. Le pedí socorro (a su esposa) y empecé a desvanecerme. Allí llegó la patrullera y me alzaron y me llevaron”, recordó.
Finalmente, la víctima dijo que está recuperada y que no entiende por qué “le jugaron”. Si bien no pudo confirmarlo, sospecha que fueron los criminales los que dispararon, por el alto calibre de las balas que recibió. “Hasta ahora no entiendo por qué dispararon a mi vehículo, yo no tenía nada que ver”, concluyó.
