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Ayer, el titular de la Dirección General de Protección y Conservación de la Biodiversidad, Darío Mandelburger, afirmó que la Comisión Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí (Conalaypa) está sin rumbo.
Consultado al respecto, el titular de dicha comisión por el MOPC, Renato Máas, indicó que aún no conversó con Mandelburger y recién después de que lo haga emitirá opinión sobre las críticas que surgieron luego del lanzamiento de la campaña “El color lo elegimos juntos”.
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Máas destacó que dicha iniciativa forma parte de una campaña integral de sensibilización sobre varios puntos que deben socializarse en el marco de la recuperación del lago. Explicó que el primero de los puntos era el de las cianobacterias y debían explicar a la ciudadanía qué son, cuáles son los perjuicios y las estrategias de mitigación aplicables al Ypacaraí.
El titular de la Conalaypa destacó que las cianobacterias están instaladas desde hace 15 años en el lago, pero su floración depende de muchos factores, como la acumulación de nutrientes como el fósforo y el nitrógeno, además del sedimento, las temperaturas y la profundidad y claridad del agua, es decir de las lluvias.
“Lo que sucedió en el 2012 y 2013, cuando se puso el lago verde en su totalidad y fue una catástrofe que tuvimos… No existe posibilidad de que haya floración en ese nivel, pero sí -como todos los años- pequeñas floraciones por las temperaturas que aumentan en el verano, por el aumento de las lluvias, lo que hace que se arrastre más fósforo y nitrógeno”, señaló.
En ese sentido, resaltó que es posible que las cianobacterias se vean mayormente en la zona de arroyo Pirayú, puesto que es una de las cuencas que aportan más fósforo al lago porque existe mucha producción ganadera. “Con las lluvias, todas esas heces acumuladas en la tierra son regadas a los arroyos y ahí termina al lago Ypacaraí, pero son varios factores que deben tomarse en cuenta”, agregó.
Sobre el punto, resaltó que también están trabajando con los productores frutilleros de la zona para conseguir que se reemplacen los agroquímicos y se utilicen fertilizantes más amigables con el ambiente.
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En otro momento, Máas hizo énfasis en que desde el inicio de la gestión de la Conalaypa se están realizando tomas de muestras de agua mensualmente para prepararse en el verano y ver cuáles serán las respuestas que darán ante los diferentes tipos de floraciones de cianobacterias.
“Las intervenciones siempre se darían en caso de que esas floraciones de cianobacterias sean tales y tantas que pongan en peligro la salud humana”, acotó.
Con respecto a los alcantarillados sanitarios, resaltó que son conscientes de que el mayor porcentaje de aporte de fósforo y nitrógeno se genera por la falta de alcantarillado sanitario. “Eso está siendo trabajando desde el Ministerio de Obras Públicas, un gran avance es la planta de tratamiento de aguas residuales de alcantarillado sanitario de San Lorenzo, Imagínense que desde san Lorenzo viene la polución de los arroyos que termina en el lago Ypacaraí”, resaltó.
Afirmó que esa planta estará lista en el segundo semestre del año que viene y es un paso importante para ir recuperando el lago Ypacaraí, pero debe ser replicado en los otros 20 municipios que tienen cauces que terminan en él.
Finalmente, destacó que la Conalaypa fue creada solo este año y no cuenta con un presupuesto propio, pero han logrado realizar varios trabajos gracias a cooperaciones con otras instituciones.
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Desde la Conalaypa adelantan que entre diciembre de este año y enero del siguiente podría registrarse una floración importante de cianobacterias en el lago Ypacaraí, debido a que están dadas las condiciones climáticas e hidrológicas y la alta concentración de nutrientes, producto de la contaminación de industrias y efluentes cloacales.
Por ese motivo, lanzaron la campaña “El color lo elegimos juntos”, a cargo del biólogo Daigo Kamada. La idea es evitar movimiento de los sedimentos que se encuentran en la fuente hídrica porque eso aumentaría la cantidad de nutrientes en la superficie.
A través de la iniciativa se insta a la ciudadanía a “limpiar” y sacar de forma manual las algas que florecen en la superficie con ayuda de elementos como rastrillos y otros. Esto, para que las algas “desaparezcan en el menor tiempo posible”, explicó el ingeniero Walter Reyes, encargado de comunicaciones de Conalaypa.