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El Tribunal de Sentencia resolvió ayer declarar culpables a tres de los cuatro imputados en el marco del caso audio filtrados del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM). No obstante, la crítica ciudadana se centró en la leve condena que recibieron los acusados y la absolución del exsenador Jorge Oviedo Matto.
Óscar González Daher fue condenado a penas a dos años de prisión, con la posibilidad de la suspensión de la pena, con lo cual en la práctica no iría a la cárcel. Además, se impusieron siete años de impedimento para ejercer la función pública al exsenador cartista. Su secretario, durante la presidencia de OGD en el JEM, Raúl Fernández Lippmann, recibió la misma sanción que su exjefe.
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Por su parte, el Tribunal dio un año y 8 meses, con la posibilidad de suspensión, al abogado Carmelo Caballero. Asimismo, fue inhabilitado por cinco años para ejercer función pública. Al parecer, todos los condenados apelarían la resolución de los magistrados, que podría reducir las sanciones.
Para la abogada y conocida escrachadora María Esther Roa, la condena que dictó el Tribunal de sentencia que estaba integrado por los jueces Juan Carlos Zárate Pastor (presidente), María Fernanda García de Zúñiga y Héctor Capurro fue “una pasada de mano”.
“La transmisión en vivo de este juicio oral fue una propuesta ciudadana y la idea era justamente que a nosotros nos consta que no tenemos los jueces ni fiscales que puedan castigar la corrupción con condenas ejemplares. Lo de ayer fue prácticamente una pasada de manos. Salió del juicio y se fue a su casa. Van a aguardar ahí seguramente la resolución de la Cámara de Apelaciones, de la que hay que esperar también cualquier cosa”, sostuvo.
Los fiscales Natalia Fúster, Rodrigo Estigarribia y Sussy Riquelme -quienes relevaron a los agentes que iniciaron el proceso y son los encargados actuales- fueron también muy cuestionados por varios sectores de la sociedad debido a que muchos consideran que actuaron de forma deliberante, con la prácticamente nula presentación de evidencias. Roa señaló que el Ministerio Público es inoperante y que la titular de la institución, Sandra Quiñónez, demostró su incapacidad y falta de liderazgo.
“La Fiscalía demostró lo que es: inoperante y no representa a nadie. La fiscala general del Estado debe darse cuenta de su incapacidad y su falta de liderazgo para representar esa institución. Desde que asumió ella aseguró que iba a luchar contra la corrupción. Y la gran pregunta que yo le hago es: ¿Cómo va a luchar combatir con once fiscales, sin infraestructura, sin tecnología ni recursos humanos? Estamos hablando de la Unidad Especializada de Delitos Económicos y Anticorrupción”, expresó.
Roa continúo que desde la Fiscalía se actuó de forma negligente. “Lo que se desnudó es cómo actúan: negligentemente facilitando al Tribunal de Sentencia para que saquen estas resoluciones descabelladas, inconstitucionales y que chocan con convenios internacionales que Paraguay suscribió en la lucha contra la corrupción”, manifestó.
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El exsenador Oviedo Matto fue acusado en la causa por tráfico de influencias tras un audio en el que supuestamente decía a una fiscal: “Casse, amanecé en el banco, Casse. Yo te voy a solucionar eso, ani ejepy’apy”, cuando se desempeñaba como representante de la Cámara Alta ante el JEM. No obstante, el exlegislador fue absuelto de culpa y reproche por los jueces y, además, logró conseguir que el Tribunal remita los antecedentes de la agente Casse Giménez y su exasistente Fermín Bogado al Ministerio Público para que se sean investigados por presunto testimonio falso.
Al respecto, la miembro de Anticorrupción Paraguay señaló que la resolución “también es lamentable”. Asimismo, señaló que se revela cómo se opera en la Justicia y el JEM “donde todo se negocia”. Igualmente, Roa indicó que pese a ser absuelto, Oviedo Matto es considerado por el grupo de escrachadores como un corrupto.
Finalmente, Esther Roa indicó que, pese que la condena fue leve, “se consiguió algo”, pues los escrachadores esperaban la absolución de todos los implicados en los audios filtrados del JEM.