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Un día después del accidente aéreo ocurrido ayer en la Base Aérea Ñu Guasú, en Luque, donde una avioneta con ocho personas a bordo se estrelló matando a siete de los ocupantes, se divulgó un audio que recoge la última conversación entre la torre de control aéreo y el piloto de la aeronave, el coronel Aníbal Pérez Trigo.
En la conversación, el coronel Pérez Trigo confirma su posición a torre poco antes de iniciar el proceso de aterrizaje.
Posteriormente, la operadora de torre solicita a la avioneta 0221 que chequee su tren de aterrizaje y le notifica que el viento en la zona de pista está “en calma”, pero ya no recibe respuesta.
Poco después la operadora de torre reporta una humareda en la base aérea y luego se confirma que la avioneta 0221 se estrelló.
En el aeronave viajaban, además del coronel Pérez Trigo, el teniente primero William Martín Orué Román, el teniente primero Marcos Samuel Romero, el teniente Manuel Guzmán Sotelo, el suboficial Pedro López, el mayor Alfredo Darío Céspedes y el funcionario de la Fuerza Aérea, Críspulo Almada, junto al estudiante José Daniel Zaván, único sobreviviente del siniestro.
Testimonio del piloto que viajaba detrás
El general Fernando Noldin, piloto militar retirado, había compartido minutos antes en Fuerte Olimpo con toda la tripulación del avión siniestrado. Volaba una nave civil que circulaba a unos 10 kilómetros detrás de dicho avión y vio cuando se produjo el accidente.
Noldin contó que en Fuerte Olimpo compartió un almuerzo con el Teniente Coronel Aníbal Antonio Pérez Trigo, piloto del avión siniestrado, y dijo que teniendo en cuenta la experiencia profesional del mismo, de darse un imprevisto técnico, hubiese actuado de otra manera. Insistió en que se debe investigar “bien” lo sucedido.
“Nos encontramos en Olimpo. Ellos ya estaban allí por una misión militar. Almorzamos, vi cuando subieron y salí detrás de ellos. Veníamos uno detrás del otro, yo venía a unos 10 kilómetros detrás de él. Hicimos contacto con la torre, se comunicó la llegada, pero después ya no se supo de él”, relató.
“Si él tenía problemas técnicos, de combustible, hubiera ingresado a la pista, hubiese avisado. Hizo contacto con la torre, se comunicó la llegada, pero nada más. Con la experiencia que tiene, él hubiese actuado de otra manera”, dijo.
“Cuando me ubiqué pregunté a la torre si lo veía, después ya vi el humo. No se qué pasó, es muy triste. Hay que estudiar bien lo que pasó”, insistió.
Noldin explicó que en el proceso de investigación de un siniestro se ve la parte mecánica, operacional y la parte humana. Por lo que se deben analizar los tres aspectos.