Detave: acusación detalla “escolta” a contrabandistas y delivery de coimas a domicilio para Ramón Benítez

Anoche, luego de múltiples intentos y más de medio centenar de incidentes procesales planteados en un día, el juez penal de Garantías José Agustín Delmás resolvió elevar a juicio oral y público el caso conocido como Operativo Brillante, en que cayeron el entonces titular del ahora extinto Detave, General (SR) Ramón Benítez, y otros implicados. La acusación contra el exmilitar detalla desde órdenes de escolta hasta buen destino a los contrabandistas a los que debía perseguir, incluyendo incluso coimas que supuestamente recibía en su domicilio, hasta contrainteligencia para recibir tajadas.

El extitular del desaparecido Detave, Gral. (SR) Ramón Benítez, tiene arresto domiciliario tras casi 5 meses en prisión.
El extitular del desaparecido Detave, Gral. (SR) Ramón Benítez, tiene arresto domiciliario tras casi 5 meses en prisión.Archivo, ABC Color

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La acusación del Ministerio Público incluye -además de delitos como cohecho pasivo agravado (coima) y contrabando- la figura de asociación criminal, ya que existen elementos que apuntan a que el excoordinador de la Coordinación Operativa de Investigación Aduanera (COIA) y titular de Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especializada (Detave), Gral. (SR) Benítez de hecho tenía toda una estructura para recaudar coimas, en vez de controlar a contrabandistas.

“Estos funcionarios solicitaban a las personas que ingresaban al territorio nacional en forma clandestina productos como frutihortícolas, combustibles, electrónicos, cigarrillos, calzados, ropas, azúcar y otros, sumas de dinero a cambio de no incautar o realizar la denuncia correspondiente de lo hallado”, indica la acusación, que además menciona que los montos de los sobornos variaban según cantidad y tipo de producto.

“De la información recabada no se descarta que hayan permitido el ingreso de drogas y sustancias estupefacientes camufladas entre dichas mercaderías”, indica el documento del Ministerio Público.

Tal fue el escándalo de este caso que el presidente Mario Abdo Benítez dispuso la eliminación de Detave, que ya era considerada más bien una dependencia para coimear que para controlar y dicha consideración encuentra sustento en las indagaciones de la Fiscalía, que apuntan a que Benítez incluso ordenaba escoltar a los que pagaban coima.

Coimas a domicilio

De la acusación del Ministerio Público -y cuyas evidencias defenderá en el juicio- destacan varios hechos llamativos, como por ejemplo que las coimas, que eran llamadas “expedientes, actas, informes y documentos” le llegaban Benítez en su propio domicilio particular, provenientes de todo el país.

“La estructura investigada estaba liderada por el Gral. (SR) Ramón Ernesto Benítez Amarilla, coordinador de la COIA, quien recibía personalmente en su domicilio importantes sumas de dinero en efectivo y en diversas monedas por parte de Jefes de Puestos de Detave y particulares”, concluyeron los fiscales.

Los datos recabados indican que las coimas se recibían semanalmente en la vivienda particular de Benítez, ubicada sobre la Avda. Madame Linch en Asunción, sobre todo cuando se recuperó de una operación de rodilla, o en su oficina ubicada en el predio de Almacenes Generales de Depósito (Gical), en Mariano Roque Alonso. En la causa se solicitaron judicialmente intervenciones telefónicas, por lo que mucha evidencia está recolectada científicamente de los celulares de los involucrados.

Desde “cajas de vino” hasta “caja de jubilación”

La Fiscalía describe por ejemplo una jornada de recaudación de Benítez, específicamente la del 5 de abril de 2018, que empezaba temprano, a las 09:14, con una llamada en la que ya advertía de sus sospechas de que era blanco de escuchas telefónicas, pero que aún así no le impidieron recibir millones en sobornos todo ese día.

Es así que casi una hora después recibe una llamado para preguntarle cómo quería que le acerquen el dinero de sobornos del puesto de Vista Alegre, Villa Hayes. Benítez indica que se lo envíen a través de una secretaría y fue así. Le enviaron una caja de vino, que en el fondo contenía G. 25.000.000 y unos US$ 1.400.

Tras almorzar, se reporta la unidad recaudadora de Itá Enramada, donde tras cotejar “expedientes (montos de sobornos)”, hicieron llegar a su líder unos G. 7.500.000.

Más tarde se reporta Porfirio Figueredo, encargado de puesto aduanero de Yguazú, Alto Paraná, quien le indica que esa semana hubo “poco movimiento”, por lo que “solo” le entregaba la cifra de G. 20.000.000.

Luego se reporta otros funcionario, que tras entregar coimas a un funcionario aduanero del Silvio Pettirossi, lleva a su domicilio un sobre con US$ 1.500 para Benítez, parte ya de una entrega controlada por la Fiscalía.

Ese mismo día llamó a otros de sus recaudadores a requerir por la cuota de Hugo Mario González, insistiendo en que le hagan llegar lo recaudado ese día, puesto que al día siguiente tenía compromisos. Igualmente el pago de G. 7.000.000 le llegó el día posterior.

Solo en ese día, llegó a recaudar G. 59.500.000 más US$ 2.900. Hubo otros días similares, habitualmente los viernes Benítez anotaba todo lo recaudado en una agenda negra, bajo el concepto de “Caja de Jubilaciones y Pensiones del Personal Municipal”.

“Brillantes” para la coima

Así como eran eficientes -no gratis, obviamente- para controlar el contrabando, eran implacables para perseguir oportunidades de recaudar, tal como lo evidencia justamente el caso conocido como “Brillante”, que refiere el ingreso de joyas por parte de una pareja a través de un vuelo proveniente de Panamá.

El cargamento de joyas evitó los controles aduaneros en el Aeropuerto Silvio Pettirossi, presumiblemente también pagando un porcentaje, pero la estructura a cargo de Benítez -que no estaba incluida- también quería su tajada.

Es así que Miguel Angel Quiroga Palacios y la esposa Inocencia Samudio ingresaron al país unos 30 kilos de joyas de plata, que llegó a los oídos de los funcionarios de Detave como de oro. La pareja, pensando que evadieron los controles, se dirigieron con el valioso alijo de joyas, partió vía terrestre rumbo a su domicilio en Ciudad del Este, sin pensar que Porfirio Figueredo, también procesado en esta causa, ya informó a Benítez sobre la “brillante” oportunidad para una coima.

Los funcionarios de Aduanas Carlos Caballero, Diego González y el oficial de Policía Luis Prudhome (actualmente declarado en rebeldía y con orden de captura) ya estaban a la pesca de la pareja en puesto aduanero del Km 49, en Yguazú, departamento de Alto Paraná.

“Luego de la verificación de las maletas hallaron las joyas de plata citadas, ingresadas irregularmente por el aeropuerto Silvio Pettirossi, momento a partir del cual estos funcionarios iniciaron una serie de acciones de amedrentamiento y amenazas dirigidas a Quiroga, a quien exigieron la suma de US$ 20.000 para evitar el avance del procedimiento aduanero”, relata la acusación.

De hecho, las amenazas surgieron efecto, logrando que Quiroga pague unos US$ 15.000, que se repartieron entre los involucrados.

Al gato y al ratón con Fuster

Otro episodio llamativo es el que protagonizó Benítez con el actual ministro coordinador ejecutivo de la Unidad Interinstitucional Prevención y Combate al Contrabando, Emilio Fuster, institución que justamente suplantó a Detave tras el escándalo.

En un episodio ocurrido el 9 de abril de 2019, Benítez llama a uno de sus funcionarios, Victor Daniel Duarte Talavera, alias “Vitico”, para que indague sobre los planes de Fuster, ya que aparentemente tenía intenciones de verificar las instalaciones aduaneras y ellos ya estaba con planes de liberar cargamentos supuestamente decomisados.

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