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Antes del rezo del Padre Nuestro, monseñor Ricardo Valenzuela recordó el hecho del atentado ocurrido en en San Bernardino en donde fueron asesinados la mediática Cristina “Vita” Aranda y el supuesto narco Marcos Rojas Mora.
“Los últimos hechos nos dejaron muy confundidos y sin saber qué respuesta dar a todo esto, son signos de tremenda violencia y de muerte. El Señor nos llama a ser pescadores de hombres y no de ir a dar muerte y no de ir a desatender al necesitado”, dijo el religioso durante su homilía.
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Por otro lado, igualmente hizo el pedido de nunca llevar el chisme, el cuento, la intriga en nuestra familia, lugar de trabajo y vecindad, sino más bien “fomentar la unidad y la misericordia, eso es lo que nuestro Señor quiere, eso es su mandato”.
Pidió también elevar una oración al Señor por el descanso de Cristina “Vita” Aranda, como así, por los fallecidos y heridos durante ese trágico evento.
“Repudiamos y rechazamos rotundamente los violentos asesinatos ocurridos en la ciudad de San Bernardino. Hechos de violencia de dicha magnitud no son normales y no deben afectar a nuestra sociedad”. Del mismo modo, menciona que el fundamento de principios de nuestra doctrina social se ciñe a proclamar que la vida humana es sagrada y que la dignidad es la base esencial de una visión moral para la sociedad.
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Por otra parte, hace mención de que estos hechos de violencia aumentan la sensación de incertidumbre y desazón en la población paraguaya. Indicando que cualquier espacio público de nuestro país podría verse inseguro e intranquilo.
Así también, que “los vínculos entre el narcotráfico, la esfera política y las instituciones públicas de nuestro país, nos muestran un hecho evidente: el narcotráfico permea cada vez más en nuestra sociedad, los órganos de seguridad y las instituciones públicas. Sus miembros deberían garantizar una lucha frontal, sin embargo, son flancos frágiles por donde los delincuentes y criminales logran beneficiarse”, dijo monseñor Valenzuela.
De esta manera exhortan a las autoridades a depurar las instituciones al servicio del bien común, promoviendo autoridades competentes. Finalmente pide a la ciudadanía a “mantenerse unida en la oración y a no permanecer indiferentes antes hechos de violencia que lastimen la fraternidad y debilitan la paz social”.