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De lunes a domingo, a doña Gilberta se le ve frente a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) tratando de vender frutas de pomelo, limón, naranja, choclo desgranado o harina de maíz y mbokaja ku´i para poder llevar algo de dinero a su modesta vivienda construida de estaca y adobe.
En los días previos al Domingo de Ramos, la vendedora elabora el tradicional “pindo karai” en su casa y después lo trae hasta este distrito para su comercialización.
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“Tengo que vender los ramos. Está difícil la vida y esto es lo que me da de comer cada año”, manifestó la vendedora.
Cada ramo tiene un precio de G. 10.000. Algunos de los productos son hechos sobre pedido y el resto logra venderlos a los transeúntes que pasan por el lugar donde ella está desde las 06:30 hasta las 11:30.
Por otro lado, expresó que la sequía que afectó a gran parte del país perjudicó plantaciones de pomelo, limón y naranja, cuyas frutas le servían para conseguir de manera diaria algo de dinero y poder llevar alimento para su familia.
Cuenta con el beneficio de la tercera edad, pero el monto de G. 500 mil es poco, teniendo en cuenta el costo elevado de los productos básicos de la canasta familiar en nuestro país, y debe salir a rebuscarse para que no les falte nada.
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El poco dinero que consigue con las ventas no le permite mejorar su casita, que ya está a punto de derrumbarse, y con sábanas logra protegerse del frío. En su momento, la Municipalidad de Santiago le entregó un poco de ladrillos, pero quedó todo ahí por la falta de recursos económicos para comprar más materiales y construir una casa digna. Tampoco tiene los contactos que le ayuden a solicitar a la EBY que le construya una vivienda.
De parte de los políticos siempre recibió promesas durante las campañas electorales, pero nunca le cumplieron.