“La chipera más antigua de Caacupé” destaca la importancia de la visita de turistas en la capital espiritual

Saturnina Ramírez, es una de las chiperas más antiguas de Caacupé. La trabajadora se dedica desde hace 50 años a la producción y venta de chipas. Destaca la importancia de la visita de turistas en la capital espiritual porque eso favorece al movimiento económico de los comerciantes. “Esperamos vender mucho para tener nuestro asado en Navidad”, resaltó.

Saturnina Ramírez se dedica a la venta de chipa desde hace 50 años.
Saturnina Ramírez se dedica a la venta de chipas desde hace 50 años.Faustina Agüero

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Saturnina Ramírez, (66) es una de las chiperas más antiguas de la ciudad de Caacupé; su puesto se encuentra ubicado frente a la Basílica.

Los fines de semana son los días en que las chiperas hacen mejores ventas.
Los fines de semana son los días en que las chiperas hacen mejores ventas.

Relató que cuando tenía 15 años su madre le inculcó el noble trabajo de la producción de chipas. “Desde los 15 ya aprendí a hacer la chipa, venía con mi canasto a Caacupé, miraba como trabajaban los demás. Recorría toda la ciudad, luego me instalé en mi puesto, frente a la Basílica y desde ese día ya no paré de trabajar”, contó.

Resaltó la importancia de la visita de turistas en la ciudad, debido a que ellos siempre hacen sus compras en cantidad y eso ayuda bastante a la productividad de los vendedores. “Esta es la única época en la que los trabajadores podemos hacer buenas ventas”, dijo.

La chipera indicó que su anhelo para este año es poder lograr buenas ventas en la festividad mariana, teniendo en cuenta que ya se acercan las Fiestas de fin de Año. “Esperamos vender mucho para tener nuestro asado en Navidad”, expresó Ramírez.

Las chipas de su puesto se pueden adquirir a precios: G. 2.000, 5.000 y 10.000.

“La chipera más antigua de Caacupé” dice que las ventas cambiaron

Asimismo, Saturnina Ramírez recordó como eran antes las ventas durante la festividad en la Villa Serrana y dijo, que los tiempos cambiaron, porque antes las chiperas vendían mucho más, incluso entre semana, pero conforme fueron pasando los años la situación mermó y ahora se vende mejor “solo los fines de semana”, que son los días en que hay mayor afluencia de visitantes en la ciudad.

La trabajadora expresó con emoción que gracias a su trabajo ha logrado sacar adelante a sus hijas Mariela y Leticia González. “Me siento orgullosa de mi laburo, empecé desde muy joven y gracias a eso pude y puedo seguir sosteniendo a mi familia”, señaló.

Añadió que mucha gente le dice que ya es hora de descansar, porque tiene 66 años y sus hijos ya están grandes, sin embargo, ella asegura que no quiere dejar su ocupación porque esto es lo que la motiva a sentirse bien.

“A mí me gusta lo que hago y voy a seguir trabajando hasta que Dios diga basta”, puntualizó doña Saturnina Ramírez.

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