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El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, presidió la misa en honor de San Roque de Montpellier en el templo erigido en su honor en Eusebio Ayala. En su homilía dijo que hoy los niños nos dan a nosotros un precioso mensaje que deberíamos grabar profundamente y emularlos; el mensaje es tener inocencia y valentía.
“Hoy nuestros niños nos enseñan muchas cosas, como su inocencia y la pureza del corazón”, dijo.
Añadió que tenemos que sentarnos a reflexionar más sobre el significado de la unidad y el respeto que se debe tener en los hogares.
Indicó que se puede decir que hoy en día nuestras familias, lastimosamente, no están preparadas para tener hijos. “El día que desaparezcan los niños, ese día estará en peligro la humanidad”, lamentó.
“Tenemos que reflexionar cual es el sentido de la familia, porque trabajamos sin descanso por obtener dinero, por querer tener las cosas materiales. Y dejamos de lado lo que verdaderamente importa. Hagamos cosas que realmente alimenten nuestra fe y nuestra espiritualidad”, enfatizó.
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A las 9:00 comenzó el tradicional desfile cívico estudiantil con la participación de más de 30 instituciones.
Numerosos niños y jóvenes, acompañados de maestros y directivos de escuelas y colegios, formaron parte de la marcha patriótica.
Alumnos desfilaron caracterizados como soldados, enfermeras y madres que lucharon en los campos de Acosta Ñu el 16 de agosto del año 1869 durante la Guerra contra la Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay, entre 1864 y 1870).
Madres y algunas maestras se sumaron a la actividad vestidas con trajes típicos de Paraguay y llevando canastas cargadas de chipa, producto que identifica a la ex Barrero Grande.
Se acoplaron soldados y cadetes de diversas unidades de las Fuerzas Armadas, así como bomberos voluntarios y otras entidades civiles.
Instituciones de Piribebuy, Isla Pucú y Caraguatay participaron como invitados del desfile, que convocó a la ciudadanía barrereña y de ciudades vecinas.