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El pozo construido hace tres años y medio como parte del programa Ñapu’ake, durante la administración de Mario Abdo Benítez, se encontraba en tierras privadas que pertenecían a Miguel Romero, quien había fallecido recientemente.
Según los pobladores, el acuerdo inicial establecía que el Estado entregaría 10 millones de guaraníes y el título de propiedad a Miguel Romero, dueño del terreno privado donde el Estado construyó el pozo de agua que, según los vecinos, nunca se cumplió el trato por parte del ministro de aquel momento Rodolfo Friedman . Ante esta situación los herederos del terreno decidieron cerrar el pozo, dejando sin suministro de agua a las familias.
“Parece que estamos en el olvido porque nos dejaron sin agua potable y ninguna autoridad aparece”, reclamó Mirian González, una de las pobladoras afectadas. Otro residente del barrio expresó su preocupación por la falta de respuestas: “Estamos desesperados y si no nos dan una solución, nos vamos a manifestar sobre la ruta Luque-San Bernardino”.
El barrio 8 de Diciembre sufre la carencia de agua potable debido a que el vital líquido en esa zona es salada, lo que hace inviable su consumo. El pozo en Tarumandy fue una solución temporal, pero su cierre ha dejado a las familias dependiendo de una canilla comunitaria en un barrio vecino.
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A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades locales aún no se han pronunciado. Los vecinos advierten que tomarán medidas más drásticas si no obtienen una pronta respuesta.