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Melissa Becvort, una compatriota que reside en España, vivió una experiencia angustiante al llegar al país el pasado 25 de diciembre. Viajaba acompañada de Sansón, su conejo doméstico de cinco años, quien fue retenido en el aeropuerto Silvio Pettirossi por las autoridades locales, a pesar de contar con toda la documentación sanitaria y legal requerida para su ingreso.
Según explicó Melissa, Sansón dispone de pasaporte, certificado de desparasitación, vacunación, permisos de exportación, y certificados de salud expedidos por el Reino de España y el Colegio de Veterinarios de Madrid. Sin embargo, al llegar a Paraguay, las autoridades le informaron que la mascota no podía ingresar “bajo ningún concepto” debido a supuestos incumplimientos de sanidad, sin ofrecer explicaciones claras.
Melissa denunció que no se le permitió alimentar ni hidratar a Sansón durante su primer día retenido. Además, señaló que la institución encargada del proceso, SENACSA, no le dio opciones para subsanar la situación ni autorizó la intervención de un veterinario para realizar pruebas adicionales.
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Sansón fue liberado
Finalmente, con la intervención de la abogada Edith Ortiz, activista por los derechos de los animales, Sansón fue liberado y pudo reencontrarse con Melissa. Ortiz explicó que Sansón no solo es una mascota, sino un animal de apoyo emocional para Melissa, quien padece de trastorno de ansiedad generalizada.
“La burocracia innecesaria provocó un daño psicológico a una compatriota que vino a disfrutar de las fiestas con su familia”, lamentó la abogada.
Llamado de atención
Ortiz hizo un llamado a las autoridades para mejorar los trámites administrativos relacionados con el ingreso de mascotas al país.
“Es necesario evitar que otras personas enfrenten situaciones similares, especialmente cuando los animales cumplen con todas las normativas internacionales”, enfatizó.