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Jessica Dettez brindó los detalles de la trágica madrugada del lunes, día en que falleció su marido Vidal Méndez, luego de no haber recibido asistencia médica en el Hospital Distrital de General Aquino, por falta de doctores.
Contó que estaban durmiendo y su esposo despertó pasada la medianoche sin poder respirar. “Se levanta y me dice que no puede respirar; tosía y escupía”, detalló.
Contó que lo más rápido que pudo lo ayudó a vestirse, ella se cambió y mientras tanto su marido arrancaba la motocicleta. “Él me dijo: ‘Jaha que pya’e’ (vamos que, rápido). Me fui con todo lo que podía, le hablaba en el camino, porque sentía que ya no podía respirar”, contó.
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Agregó que en pocos minutos llegaron al hospital, estacionó junto a una silla de ruedas que estaba frente a la puerta y él logró sentarse ahí, mientras ella gritando pedía auxilio.
“La puerta estaba cerrada, el timbre empecé a tocar como loca porque nadie estaba ahí. Salieron las enfermeras más asustadas, por la pinta porque estaban durmiendo” detalló.
Agregó que como pudieron, entre las dos enfermeras y ella, lo ingresaron a urgencias. No pudieron sacarle la presión ni ponerle mascarilla de oxígeno porque perdía líquido por la boca y nariz. Las enfermeras le confirmaron que no había médico de guardia esa noche.
“No podía respirar, estaban buscando para ponerle el suero, él lo que necesitaba era una reanimación, si ya se estaba yendo. En mi desesperación empecé a golpearle el pecho y ahí empezó a saturar de vuelta. Yo le decía a la enfermera que haga algo”, lamentó.
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Perdieron “minutos de oro”
Detalló que en ese ínterin llamaron al chofer de la ambulancia, quien tampoco estaba en el hospital. Según los videos de circuito cerrado, pasaron casi 20 minutos entre que llegaron al hospital y salieron con la ambulancia, rumbo a Itacurubí del Rosario.
“El señor de la ambulancia tardó en llegar también, fueron minutos de oro. No le hicieron los primeros auxilios ahí, porque digo que si le hacían la reanimación que le hicieron en Itacurubí del Rosario iba a sobrevivir, por eso pido justicia, porque él iba a vivir si le socorrían, pero no se hizo eso”, lamentó.
La mujer relató que en su desesperación, cuando las enfermeras no reaccionaban, ella empezó a golpearle el pecho para tratar de ayudarle a respirar.
“Estoy segurísima de que iba a ser diferente (si le hacían reanimación) porque cuando le golpeé el pecho vi que le empezó a saturar”, agregó.
El hombre llegó ya sin signos de vida a Itacurubí y los médicos le hicieron reanimación en dos ocasiones, pero ya era tarde.
“Al salir la tercera vez me dijeron que ya no había caso y que se hizo lo que pudo para salvarlo, pero estaba ya sin vida cuando llegó al hospital. Yo le responsabilizo directamente a la gente del hospital porque si la doctora de guardia, que le tocaba de turno esa noche, dio supuestamente una constancia de reposo de que no iba a poder estar, si ella no podía se tenía que haber cubierto con cualquier otra persona”, cuestionó.
Aseguró que ese hospital se maneja “como una seccional colorada” y no hay gente capacitada que ame salvar vidas y se comprometa con su trabajo.
“Muchos casos ya hubo en ese hospital, solo que no trascendió como nuestro caso. Por eso pedimos justicia, capaz no me van a devolver a mi marido, pero me quedé con cuatro criaturas sola”, lamentó.
Finalmente, confirmó que ya está conversando con abogados y la próxima semana llegarán ante instancias Judiciales para exigir justicia, en memoria de su marido y por sus hijos que quedaron huérfanos.
“No voy a dejar en vano la muerte de él”, finalizó.