Video: escuela hundida en precariedad sufre el robo del cableado de las cámaras y del internet

La escuela Alicia Lynch del barrio Ricardo Brugada, que atraviesa todo tipo de necesidades y está olvidada por el Ministerio de Educación y Cultura, sufrió la visita de un malviviente, quien se llevó los cables de las cámaras de seguridad y el internet. Los maestros, quienes viven bajo amenazas por parte de delincuentes, ponen de su bolsillo para tratar de sobrellevar las precariedades y brindar una mejor atención y educación a los chicos.

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La Escuela Alicia Lynch, ubicada en el barrio Ricardo Brugada, sufrió la visita de un malviviente que ingresó por el techo y se llevó el cableado de las cámaras de seguridad, así como el del servicio de internet. Esto, a días del comienzo de un nuevo año escolar.

“Robaron todo el cableado del circuito cerrado, el cual se colocó hace un mes, y el cableado del internet, por lo que los niños van a iniciar las clases sin esa herramienta”, comentó la profesora Maricel Ferreira, representante de los docentes de la escuela.

Pero aparte de esta lamentable situación, la mencionada institución educativa sufre una precariedad preocupante, la cual obliga a los maestros a tomar medidas más allá de sus roles para seguir adelante.

Goteras en los techos, paredes en mal estado y aulas pequeñas, sin acondicionadores de aire, que albergan a más de 40 niños. “Creo que no hace falta describir lo que se ve a simple vista. Esto es luchar día a día con tanta precariedad. Justamente ahora pueden ver que cuando llueve, el agua ingresa por todos lados. Llueve más adentro que afuera. A eso hay que sumarle la inseguridad”, manifestó Maricel Ferreira.

Seguidamente señaló: “El día a día es comprar el agua mineral para los chicos, porque sabemos que el agua de la canilla es insalubridad total. Buscar autogestión para conseguir ventiladores, porque, ¿qué aprendizaje se va a producir con 50 grados de calor en una sala de clase con casi 45 niños?”

Todo sale de sus bolsillos

“Solicitamos la presencia y la ayuda del ente regulador para que nosotros podamos seguir haciendo nuestro trabajo. Todo lo que necesitamos y necesitan los chicos sale de nuestro bolsillo”, apuntó la maestra.

En otro momento, la representante de los docentes fue consultada sobre cómo consiguieron uno de los pocos acondicionadores de aire con que cuenta la institución. “Toqué puertas, conseguimos la donación del aire y la instalación, que costó 1.000.000 de guaraníes, salió de mi bolsillo. El cableado se tuvo que cambiar completo porque ya estaba desfasado”.

Acá tenemos docentes asaltados y viviendo bajo amenazas. El estado psicológico y el estrés que uno se lleva de acá es impresionante. Pero siempre está nuestra vocación y esperamos ese apoyo por parte de nuestras autoridades”, expuso.

“Es la triste realidad de la mayoría de las instituciones públicas de nuestro país. Duele muchísimo y da mucha impotencia”, finalizó la maestra.

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