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Vecinos de la calle Teniente Segundo Claudio Acosta, del barrio de Zeballos Cue, Asunción, reclaman al intendente, Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR-cartista), el estado de contaminación en que se encuentra un brazo del arroyo Zeballos que pasa por la zona.
En fotografías que compartieron en las redes sociales se puede observar que el cauce hídrico está cubierto de basura. “Municipalidad de Asunción, así estamos, nos está por llevar la basura y ustedes se preocupan por pajitas. Pajeros lo que son”, reclamó en la red social X (ex Twitter) la usuaria Paola Báez.
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Un equipo de ABC fue hasta el lugar y constató la contaminación del lugar, donde se observa todo tipo de desperdicios domiciliarios, entre restos de comida, bolsas plásticas, cubiertas de vehículos y cajas de cartón y hasta restos de isopor. Algunas bolsas incluso llevan el símbolo de basura patológica, aunque su contenido es difícil de determinar.
El estado de contaminación del arroyo lo completa el color de las aguas, completamente negras y con un olor nauseabundo. Cabe destacar que el arroyo está rodeado por precarias viviendas, que además están en grave peligro ante cualquier crecida.
Asunción y el arroyo Zeballos
El brazo completamente contaminado del arroyo Zeballos se encuentra en una zona ampliamente urbanizada de la ciudad de Asunción.
En la misma calle Teniente Segundo Claudio Acosta, a pocas cuadras del lugar, hay al menos tres paradas de colectivo y varios locales comerciales, entre ellos algunos gastronómicos.
El arroyo se encuentra a menos de 300 metros del estadio Hugo Bogado Vaceque del club General Caballero de Zeballos Cue y a menos de un kilómetro de una reconocida embotelladora de agua mineral, cuya materia prima es agua subterránea.
Al mismo tiempo, el barrio modelo San Francisco, construido por el Ministerio de Urbanismo Vivienda y Hábitat (MUVH), se encuentra a menos de 700 metros de la zona.
Mientras los cauces hídricos y los barrios se encuentran contaminado, la comuna fiscaliza y sanciona locales gastronómicos que utilizan pajitas de plástico. En redes, la ciudadanía valora la prohibición del elemento, pero cuestiona que no se cuide la biodiversidad urbana del mismo modo.
