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Monseñor Ricardo Valenzuela ofició la misa dominical de las 07:00, en el santuario de Caacupé. En su prédica el obispo habló sobre la realidad que se vive en el Paraguay. Hizo énfasis en que hay que derrumbar a todos esos ídolos del poder, del placer, del dinero, del deseo de prestigio y de figurar.
Mencionó que hoy en día hay muchos que se presentan en nuestros días como repartidores de felicidad, que son los vendedores de humo, aquellos que ofrecen falsa felicidad y lo único que hacen es hundir cada vez más a la nación. “Vienen, te prometen el éxito en poco tiempo, te prometen grandes ganancias, soluciones mágicas para cada problema. Estos son vendedores de humo, de ilusiones y no existen. Es fácil quizás creer en las promesas y sin darnos cuenta caer en ese pecado de ir a hacia la idolatría”, indicó.
El clérigo continuó diciendo que es un error pensar que si tenemos dinero vamos a solucionar todos los problemas, porque eso no es así. “Y eso se comprueba con todo lo que vemos a nuestro alrededor”, agregó.
“Le reemplazan a Dios por un ídolo y la idolatría. Hoy notamos cómo el dinero se volvió un dios para muchos, la gente incluso da la vida por el dinero, pero Jesús nos abre los ojos y estamos llamados a la felicidad y a ser bienaventurados”, señaló.
Asimismo, monseñor se preguntó y consultó a los presentes durante la misa: ¿Detrás del dinero cuánta gente ya murió? ¿Detrás del poder cuánta gente ya murió? ¿Y detrás de los placeres cuánta gente ya murió?
“Buscando privilegios también murieron y todo eso les hemos advertido. Todo esto es causado por los vendedores de muerte, ellos son profesionales vendedores de ilusión y a estos no hay que seguirles porque son incapaces de darnos esperanzas de cambio. El Señor sí nos da la esperanza y quiere ayudarnos a abrir los ojos de la realidad que hoy estamos viviendo”, resaltó.
“La plata, el poder y los placeres nos seducen, pero solo Dios nos demuestra qué es lo que verdaderamente nos da la dignidad. Lo que realmente le da sentido y plenitud a nuestra vida”, enfatizó monseñor.
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Hay que tener confianza
En otro momento de su alocución monseñor Valenzuela acotó que es muy importante tener confianza en nuestro Señor. Pues Dios “quiere que pongamos nuestra confianza en él y en la vida eterna”.
“Hay que decir con toda humildad, Señor, te necesito y así como él, tenemos que estar cerca de los pobres y de los afligidos para ayudarlos”.
“Al que te pide, dale, tenemos que compartir. No hay que seguir a aquellos que venden humo que tantas veces son quienes nos venden la muerte. Hay que abrir nuestro corazón al Dios vivo y verdadero porque solo él puede dar en nuestra existencia esa plenitud tan deseada, que, sin embargo, a veces es difícil de alcanzar, pero no es imposible”, puntualizó Valenzuela.
Como cada domingo la explanada de la basílica estuvo repleta de feligreses. Con la presencia de peregrinaciones de San Juan del Paraná, Concepción, Ciudad del Este, Villarrica, Itapúa y Pedro Juan Caballero. La animación de canciones religiosas estuvo a cargo del coro “Unidos” de Ñemby.
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