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Padres de estudiantes del emblemático colegio Miguel Ángel Torales de la localidad de Ypané, departamento Central, cuestionan la injerencia política en la institución, y que hoy día funciona en precarias condiciones. Los alumnos no cuentan con sillas pedagógicas.
En varias salas de clases se instalan sillas de plástico para que los alumnos puedan estudiar y los muebles pedagógicos se encuentran en deplorable estado, según denunciaron los padres y propios alumnos.
La comunidad educativa lamenta el total estado de abandono en que se encuentra una de las instituciones educativas más importantes del departamento Central y la injerencia política para la designación del director, Antonio Fernández.
Los padres califican de humillante la forma en que estudian sus hijos, con sillas plásticas y las mesas en condiciones paupérrimas, y exigen que las autoridades busquen las soluciones adecuadas para cambiar la situación.
La casa de estudios no cuenta con cocina ni comedor, y los alumnos reciben el almuerzo, del programa Hambre Cero, bajo el tinglado, que es prácticamente un horno, y se ubican bajo los árboles para comer.
El año pasado la municipalidad local entregó cien sillas con pupitres para la casa de estudios, pero los alumnos no tienen donde sentarse.
Director asumió de la mano de HC
Según la denuncia, el cuestionado docente asumió como encargado de despacho el año pasado mediante maniobras políticas del sector Honor Colorado, de la mano del diputado Rodrigo Gamarra de Villeta y el senador Derlis Maidana.
Además de cuestionar la total desidia de parte del director, indicaron que el docente se toma atribuciones que no corresponden, como el manejo de dinero de la institución y que ignora a su equipo de gestión, que está integrado por padres y alumnos.
Según la denuncia, el director habría vendido remeras para las competencias de justas del saber y que designó a los alumnos delegados para cobrar, y que incluso muchos no recibieron sus indumentarias.
El director también habría sacado a un cantinero para llevar a un allegado y que no cuenta con la capacidad para ofrecer una cantina saludable, así como lo exige el Ministerio de Educación y Ciencias.
Los padres se preguntan donde fueron a parar las recaudaciones de las remeras, la gratuidad y las cien sillas donadas y exigen la rendición de cuentas al encargado de despacho.
También se cuestiona a la supervisora, Dilma Martínez, quien no accionó ante las denuncias realizadas por la comunidad educativa.
Director califica las denuncias maliciosas y habla de superpoblación
El director de la institución, licenciado Antonio Fernández, reconoció la falta de sillas y aseguró que están reparando algunas para que los alumnos estén más cómodos y retirar las de plásticos.
Dijo que la falta de mobiliarios es normal, debido a que cada año aumenta la cantidad de alumnos, porque muchas escuelas no cuentan con tercer ciclo y se tiene que albergar a todos.
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“Tenemos una superpoblación, los años anteriores teníamos de 45 a 50 alumnos en las salas y hoy día tenemos 57, y es lógico que falten las sillas, pero estamos reparando algunas para esta semana, las denuncias solo son maliciosas”, expresó el docente.
El titular de la casa de estudios negó las otras denuncias, como la venta de las remeras, y aseguró que el dinero manejó la cooperadora escolar, y sobre la injerencia política dijo que dejaba para la investigación periodística.
Sobre las sillas entregadas el año pasado por la Municipalidad, administrada por el intendente liberal, Horacio Ortiz, dijo que eran de pésima calidad y qué solos duraron unos meses. La institución cuenta con 1.700 alumnos.
También intentamos hablar con la supervisora, Dilma Martinez, y la misma pidió que nos acerquemos el martes a la supervisión para la nota.
