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La sequía está causando estragos en los campos y esteros de la zona sur de Ñeembucú, donde los incendios de gran magnitud han reducido a cenizas extensas áreas de pastizales. La falta de lluvias desde diciembre de 2024 ha agravado la situación, dejando a los productores sin alimentos para el ganado y sin acceso suficiente a agua.
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La última lluvia importante en la zona se registró en diciembre de 2024. Durante enero y febrero, las precipitaciones han sido escasas y muy localizadas, beneficiando en mayor medida a la zona norte del departamento, mientras que en el sur apenas se registraron lluvias inferiores a 5 mm.
Las localidades más afectadas por los incendios en los últimos 15 días son Villalbín, Desmochados y Mayor Martínez.

Magdonio Torres, poblador de la compañía Estero Punta, en Villalbín, describe el impacto de los incendios en la zona: “Los incendios se intensifican desde las 10 de la mañana, cuando el viento comienza a soplar, y eso hace que el fuego avance sobre los esteros, que están quedando sin agua. Solo los grandes esterales tienen algo de agua; el resto está seco, son miles de hectáreas que se quemaron completamente”, lamentó.
Productores sin pasto y sin ayuda
El presidente de los pequeños productores de Ñeembucú, Javier Rolón, advirtió que la falta de lluvias ha empeorado la situación. “Los pastos están secos y, para colmo, la inconsciencia de la gente sigue provocando incendios que destruyen hectáreas de campo”, expresó.
Según Rolón, los pequeños productores son los más perjudicados, ya que poseen menos tierras y se han quedado sin pasto para el ganado. “Estamos tratando de mitigar la crisis con un complemento de sal proteica y una mezcla de cuatro productos para alimentar a las lecheras, pero la situación es crítica”, afirmó.
Dilvio Zayas, otro productor de la zona, denunció la falta de asistencia estatal. “Cada uno se las arregla como puede, pero hasta ahora no hemos recibido ninguna ayuda del Gobierno ni del Ministerio de Agricultura y Ganadería”, señaló.
Crisis hídrica y abandono gubernamental
Además de la falta de pasto, los productores enfrentan escasez de agua. “No tenemos pozos artesianos, debemos acarrear agua de los arroyos o esteros, y ya se están secando”, advirtió un productor.
Hilda Rodríguez, otra afectada, expresó su indignación por la falta de respuestas del Gobierno. “Parece que nos han dado la espalda a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos de Ñeembucú. Hace tiempo que estamos abandonados, nos crucificaron prácticamente”, lamentó.
Un futuro incierto para el sector
Para Javier Rolón, el panorama es desolador. “Este año será muy difícil para los productores. A pesar de que estamos cumpliendo con todas las exigencias sanitarias, aplicando vacunas y utilizando caravanas para la trazabilidad del ganado, con la llegada del invierno la crisis se agudizará aún más por la falta de alimentos”, advirtió.