Catorce consejos para gestionar el estrés durante las movilizaciones

Este martes iniciaron las movilizaciones contra la mafia y la corrupción en todo el país, afectando el tránsito con marchas y cierres de rutas, por lo que muchas personas pudieron haber padecido estrés al buscar caminos alternativos y tardar mucho más para llegar a su destino. El psicólogo Richard Salerno da algunos tips para gestionar este sentimiento de tensión física o emocional.

El estrés durante las manifestaciones se puede contrarrestar.
El estrés durante las manifestaciones se puede contrarrestar.

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El problema del estrés es que aparece cuando la persona no logra gestionar (calmarse), por ende, tal activación se vuelve crónica, causando un agotamiento del sistema nervioso, es por eso, que dentro del marco de las movilizaciones contra la mafia y la corrupción que se desarrollan en todo el territorio nacional, se busca medidas para no llegar al extremo.

Las movilizaciones iniciaron hoy y seguirán hasta el jueves, por lo que, tanto manifestantes como personas que circulan por las calles o se ven afectadas por el cierre de calles y rutas pueden padecer el aumento de los niveles de estrés por la densidad poblacional, los ruidos, excesos de estímulos ambientales, la contaminación, el hacinamiento en ciertos lugares, la disminución de la empatía, dando lugar a mayores niveles de indiferencia y aislamiento entre las personas, el individuo “se pierde en la muchedumbre”, explicó Salerno.

Medidas para gestionar el estrés durante las movilizaciones

  1. Informate: buscá información sobre el horario y las zonas de afectación de la movilización.
  2. Preparate con anticipación: tené en cuenta la necesidad de preparar con anticipación la salida de tu casa rumbo a la escuela de los niños, lugar de trabajo o a cualquier sitio al que necesites asistir. Incluso de ser necesario, la noche antes, tené a mano todo lo imprescindible para el día siguiente.
  3. Salí de tu casa 50 a 60 minutos (mínimamente) antes de lo habitual: tanto la anticipación en la preparación, como en el traslado, reduce los niveles de estrés y ansiedad, y permite encontrar alternativas en caso de imponderables.
  4. Mantené la respiración consciente: estar atento a tu respiración, inhalando por la nariz, llevando el aire a la zona del vientre y exhalando por la nariz (respiración baja, diafragmática o ventral), reduce los niveles de la hormona del estrés (cortisol) y aumenta los niveles de oxitocina, el neurotransmisor que induce a un estado de mayor calma, sensación de seguridad y empatía.
  5. Cultivá la empatía: más allá del acuerdo o el desacuerdo con las razones de una movilización, tratá de ser amable y empático con las personas que te rodean, eso hará que puedas estar más en mejores condiciones cognitivas y emocionales, que facilitará la toma de mejores decisiones.
  6. Reflexioná en que toda situación estresante es pasajera: poner en perspectiva temporal una situación que la vivimos como estresante, “descomprime”. Basta con reconocer que este acontecimiento representa “solo un momento”, servirá para sobrellevar mejor cualquier situación.
  7. Cuidá tus vínculos afectivos: ante cualquier situación estresante, saber que podemos contar con personas que nos aprecian y en quienes confiamos, nos ayudará a lidiar de una manera más saludable con factores estresantes, sea estas, en el lugar del trabajo, estudio, tráfico, ciudad etc. Identificar que podré contar con la seguridad que me brindan los afectos, traerá calma y mayor bienestar físico y mental.
  8. Poné atención a tu descanso nocturno: dormí por las noches un mínimo de siete horas. Esto hará que tu cerebro y el sistema nervioso se recuperen y podrás gestionar mucho mejor los factores estresantes. Una pobre calidad de sueño nocturno, ya de por sí, aumenta el estrés, la ansiedad, la irritabilidad y las capacidades cognitivas, físicas y de gestión emocional.
  9. Prestá atención y rescatá todos los aspectos positivos que tiene tu vida: aún, en situaciones difíciles, si podés reconocer los aspectos positivos que tiene tu vida, eso hará que disminuya el estrés y aumente tu optimismo. Toma un corto tiempo y “agradecé” todo lo positivo que tienes en la vida, y, tené en consideración que, hasta de los “fracasos” se aprende.
  10. Practicá la amabilidad, el respeto, la tolerancia: aunque no compartas los ideales y creencias de otros, seguí siendo respetuoso, amable, practicante de tolerancia, empatía y compasión. Esta actitud activa las experiencias humanas más positivas.
  11. Cultivá el sentido del humor: la alegría aumenta los niveles de endorfinas que son neurotransmisores que alivian los efectos del estrés.
  12. Cultivá la imaginación positiva: en un momento de estrés, podés elegir visualizar aquello agradable y placentero que vas a vivir en poco tiempo, esto libera los” neurotransmisores de la Esperanza”. Comprendé que el cerebro no distingue lo real de lo imaginario.
  13. Utilizá la música: la música adecuada, es un estímulo que reduce el estrés, ya que libera endorfinas. La buena música es una excelente compañía en situaciones complejas.
  14. Meditá brevemente en estas frases:“Trata a los demás como quieres que te traten a ti” (Silo). “Sé amable, pues cada persona con la que te cruzas está librando su ardua batalla” (Platón).
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