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La situación en el área de Urgencias de Pediatría del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) es alarmante. Médicos y residentes denuncian que trabajan en condiciones de absoluta precariedad, sin equipamientos básicos como sillas, baños en condiciones ni agua caliente.
Incluso deben improvisar asientos con viejas escaleritas de hierro, en un ambiente que debería garantizar la atención digna de niños en situación crítica.
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En un testimonio compartido con ABC, profesionales de la salud, que solicitaron mantener su identidad en reserva por temor a represalias, relataron que las condiciones en el área de Pediatría son precarias. “No tenemos sillas para trabajar. Usamos las escaleritas que sirven para que los niños suban a la camilla, también son nuestras sillas”, denunciaron.
Las computadoras, que son clave para conocer el estado clínico de los pacientes y registrar recetas, también son compartidas por médicos y enfermeras. En una de las imágenes difundidas, se observa a una doctora arrodillada frente a una mesa. “No es penitencia de Semana Santa, es porque es la única forma de trabajar rápido y sin perder tiempo”, ironizó uno de los denunciantes.
Sin respuesta de instituciones
Ante la falta de recursos, manifestaron que se enviaron al menos cuatro notas a la Universidad Católica, solicitando sillas para los médicos residentes, quienes, además de cumplir sus guardias, pagan una cuota para realizar la residencia en IPS. Sin embargo, hasta la fecha no reciben respuesta.
“IPS no tiene plata. Entonces recurrimos a la Católica, al menos para que sus residentes puedan sentarse durante sus jornadas. Pero nunca contestaron”, lamentaron. Actualmente, el equipo está compuesto por al menos 12 médicos residentes, quienes deben afrontar ese “calvario”.
Baño clausurado y sin agua caliente
La precariedad no se limita allí. Según denuncian, la falta de inversión también afecta directamente a los pacientes. De acuerdo al reporte, al menos un baño para pacientes ambulatorios está clausurado, y los niños deben ir a otros pabellones del hospital para hacer sus necesidades, incluso con fiebre u otras dolencias.
“Cada 20 niños internados, hay un solo baño, y ni siquiera tiene agua caliente. No es solo una cuestión de comodidad, es de humanidad y salud”, enfatizaron los profesionales.