Obispo de Villarrica llama a proteger la vida, la dignidad humana y la naturaleza

Durante la conmemoración de la Pasión de Cristo, monseñor Miguel Ángel Cabello ofreció una profunda reflexión sobre el sacrificio de Cristo, llamando a los cristianos a comprometerse con la defensa de los más vulnerables y el cuidado del planeta.

Obispo de Villarrica instó a reflexionar sobre el verdadero significado de la Pasión de Cristo.
Obispo de Villarrica instó a reflexionar sobre el verdadero significado de la Pasión de Cristo.Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo

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En una emotiva ceremonia celebrada por Semana Santa, el obispo de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, monseñor Miguel Ángel Cabello, brindó una homilía cargada de profundidad espiritual y compromiso social, en la que recordó que el mensaje de Jesús en la cruz no debe quedarse en un rito religioso, sino que debe traducirse en acciones concretas de amor, justicia y protección de la vida.

Durante la Celebración de la Pasión del Señor, el obispo centró su mensaje en el sacrificio de Cristo, que según dijo, es una expresión suprema de amor que debe inspirar a los cristianos a convertirse en defensores de los derechos humanos, la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y la preservación del medio ambiente, “nuestra casa común”.

“Debemos tener presente que Jesús sigue sufriendo por nosotros y muriendo en tantas experiencias de dolor y muerte que se dan en el mundo, producto de la maldad e injusticia de los hombres, como lo fue en el tiempo de Jesús.”, expresó monseñor Cabello.

Recordó que en la cruz, Jesús nos mostró el camino del amor extremo: “No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos. La muerte desde la experiencia de Jesús tiene un nuevo sentido, puede ser entrega, amor llevado al extremo, esperanza de salvación y no solamente dolor y desesperanza”.

El altar fue preparado para la conmemoración de la Pasión de Cristo y la adoración de la cruz.
El altar fue preparado para la conmemoración de la Pasión de Cristo y la adoración de la cruz.

El obispo hizo un llamado a los fieles para no olvidar que Cristo sigue sufriendo en las experiencias de dolor que viven miles de personas cada día. “Su dolor se encuentra en los niños abandonados, en las víctimas de feminicidios, en los pueblos desplazados, ahí está también Jesús crucificado”.

Lamentó que, a pesar de los siglos transcurridos desde el sacrificio de Cristo, la humanidad continúe cayendo en los mismos pecados: “Vemos con tristeza la eliminación de poblaciones enteras, de campesinos, de indígenas, por el desplazamiento forzoso y la ambición de unos pocos que buscan acaparar y falta justicia para una mayor equidad social”.

También se refirió al deterioro ambiental como una forma moderna de crucifixión. “Podemos ver cada día la destrucción de nuestro hábitat, de la naturaleza, con la explotación irracional, indiscriminada y la contaminación ambiental, en cierta manera nos matamos a nosotros mismos”.

Criticó con firmeza lo que denominó “la cultura de la muerte”, visible en el aborto, la eutanasia, la exclusión de los ancianos y el abandono de los marginados. “También hace sufrir a Jesús la promoción de la cultura de la muerte con el aborto, la eutanasia, el abandono sistemático de aquellas personas que se dice que ya no sirven porque ya no producen y estorban”.

Miles de fieles colmaron la Catedral de Villarrica en la conmemoración de la Pasión de Cristo.
Miles de fieles colmaron la Catedral de Villarrica en la conmemoración de la Pasión de Cristo.

Asimismo, condenó la violencia cotidiana que afecta a los más vulnerables. “Cristo sigue padeciendo y muriendo hoy en el sufrimiento y muerte de tantas personas y muertes en los asaltos y asesinatos con fines de robo, feminicidios, maltratos y abusos de menores y personas vulnerables. En los niños y jóvenes sin familia, sin hogar, sin educación, que terminan muchas veces perdidos y esclavizados en las drogas y numerosas adicciones”, afirmó.

Sin embargo, el obispo no se quedó en el lamento. Con esperanza, recordó que la cruz no es el final del camino, sino el inicio de una nueva vida. “Cristo sufrió y murió para darnos vida, para restaurarnos, para darnos esperanza más allá de la muerte, por eso invitamos para que la conmemoración litúrgica de la Pasión de Cristo nos impulse a ser agentes activos de la cultura de la vida, a ser instrumentos de los derechos humanos y protectores de la casa común”.

Finalmente, pidió que la conmemoración de la Pasión de Cristo no sea un simple recuerdo, sino un impulso para vivir el Evangelio en lo cotidiano. “Que nos anime a estar al lado de los humildes, de los pobres, de los vulnerables y de los que sufren la injusticia del mundo como lo ha hecho Jesús”.

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