Villarrica amaneció de luto este jueves tras conocerse la noticia del fallecimiento de Don Ángel Benítez Urrustarazu, uno de los mayores exponentes de la música popular paraguaya. A sus 97 años, el cantautor dejó este mundo en la tierra que lo vio nacer, marcando el fin de una era para la cultura guaireña y nacional.
Su deceso se habría producido por una falla multisistémica, atribuida a su avanzada edad, según informaron fuentes cercanas a la familia. Desde tempranas horas, numerosas muestras de afecto y reconocimiento comenzaron a circular entre artistas, autoridades y ciudadanos que admiraron su arte y su trayectoria.
Nacido el 1 de octubre de 1927 en la compañía San Francisco Potrero de Villarrica, don Ángel mostró desde niño un talento especial para la música. A los 12 años, tras mudarse con su madre al barrio salesiano, comenzó a forjar su camino musical con la guitarra que ella misma le regaló, iniciando una historia de amor con la música que nunca terminaría.
En los años 50, su talento lo llevó hasta Buenos Aires, donde se unió a la orquesta del maestro Prudencio Giménez. Su voz y su virtuosismo con la guitarra lo convirtieron en figura clave del conjunto, y su carrera se proyectó aún más al integrarse luego a las agrupaciones de Félix Pérez Cardozo y Herminio Giménez.
Entre 1958 y 1964, formó parte del conjunto de este último, grabando discos y participando en producciones cinematográficas argentinas como Los Días Calientes, La Mujer del Zapatero y La Tentación Desnuda. En estas obras, no solo interpretó la música de fondo, sino que también aportó composiciones como la guarania “Aquella Ilusión”.
A lo largo de su carrera, Ángel Benítez compuso decenas de canciones que son hoy parte del cancionero paraguayo. Temas como Mi Villarrica, Amaneciendo, Ilusión Perdida, Muchacha Morena, Mborayhu Poty y Juntitos los dos siguen emocionando a quienes los escuchan, siendo interpretados por nuevas generaciones de artistas.
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Más allá de su arte, quienes lo conocieron destacan su humildad, su sabiduría y su amor por la tierra guaireña. Los más allegados dicen que don Angelo -como lo llamaban cariñosamente- era un sabio de la música y un maestro de la vida.
Los restos del artista son velados en el salón velatorio Cañete e Hijos, donde familiares, amigos, autoridades y miembros del gremio artístico se acercan a darle el último adiós. El sepelio está previsto para este viernes, en lugar y horario a confirmar.
En redes sociales, múltiples artistas compartieron videos interpretando sus canciones en señal de respeto, así como recuerdos de sus últimas presentaciones y homenajes en actos públicos, acompañados de mensajes que resaltan el impacto emocional y artístico que don Ángel dejó en sus vidas.