En Táva Guaraní, la comunidad tomó la institución, bloqueó parcialmente la ruta PY11 y ahora lanza un emplazamiento de 15 días al MEC, advirtiendo que, de no obtener respuestas, intensificarán las protestas. Reclaman aulas propias, mobiliario escolar, rubros para docentes y acceso a internet, condiciones básicas que no están siendo garantizadas.
Los estudiantes del colegio no cuentan con aulas adecuadas y comparten espacios con los de la escuela primaria, mientras otros reciben clases bajo árboles o al aire libre. La situación se agravó con el programa Hambre Cero, ya que una de las aulas debe ser utilizada como cocina, dejando sin espacio a los alumnos.
Además, algunos docentes trabajan sin salario asignado, a ello se suma la carencia de conexión a internet, que impide cualquier intento de educación digital o virtual.
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En paralelo, la comunidad educativa del asentamiento Cororõ’i inicia hoy la toma de su casa de estudios, exigiendo también rubros docentes y condiciones mínimas para una educación de calidad. Denuncian que tras múltiples pedidos sin respuesta, no les queda otra opción más que interrumpir las clases y visibilizar la situación que sufren los niños y jóvenes del lugar.
Las movilizaciones se multiplican en el departamento. En Nueva Germania, la comunidad de Tierra Prometida logró la reposición de rubros tras varias protestas. En Lima, la institución “Sargento Montanía” también se movilizó recientemente y actualmente se encuentra en una tregua, a la espera de soluciones prometidas.
La falta de aulas, mobiliario e internet, junto con el manejo político e improvisado en la asignación de rubros, son los reclamos más repetidos en San Pedro, uno de los departamentos con mayores índices de pobreza y abandono estatal.
Las comunidades educativas exigen ser escuchadas y atendidas, apelando a la movilización como último recurso para garantizar el derecho fundamental a una educación digna.