Comunidades educativas de San Pedro siguen sin clases y a la espera de respuestas al MEC

SAN PEDRO. La crisis educativa en el departamento continúa agudizándose. Varias comunidades mantienen paralizadas sus actividades escolares en protesta por la precariedad de las instituciones y la falta de respuestas del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC). En el distrito de Santa Rosa del Aguaray, las comunidades de Tava Guaraní y Cororõ’i protagonizan movilizaciones ante la desidia estatal.

Las movilizaciones reflejan el hartazgo de las comunidades ante un sistema educativo abandonado y sin políticas públicas claras.
Las movilizaciones reflejan el hartazgo de las comunidades ante un sistema educativo abandonado y sin políticas públicas claras.Omar Acosta, Abc Color

En Cororõ’i, unos 300 alumnos del Colegio Nacional, están sin clases tras el inicio de la toma de la institución. La comunidad educativa reclama desde hace tres años el rubro para la dirección, sin recibir ninguna respuesta. Ante el silencio de las autoridades, decidieron tomar una medida extrema y exponer la situación.

Por otra parte, en Tava Guaraní, la comunidad ya había tomado la institución y bloqueado parcialmente la ruta PY11. Ahora, emplazan al MEC por 15 días, advirtiendo que intensificarán las protestas si no reciben soluciones. Reclaman aulas propias, mobiliario, rubros docentes y acceso a internet, elementos básicos que no son garantizados por el Estado.

La falta de infraestructura, conectividad y recursos humanos afectan directamente el derecho a la educación de cientos de niños y jóvenes, en un departamento que figura entre los más pobres y desatendidos del país.

En otros puntos del segundo departamento, la situación no es diferente. En Nueva Germania, la comunidad de Tierra Prometida logró la reposición de rubros tras protestas. En Lima, la institución Sargento Montanía también se movilizó y actualmente atraviesa una tregua con el MEC, esperando que se cumplan los compromisos asumidos.

Las movilizaciones reflejan el hartazgo de las comunidades ante un sistema educativo abandonado y sin políticas públicas claras. La constante improvisación y el manejo político de los rubros docentes agravan aún más una situación que ya es crítica.

Frente al desinterés de las autoridades, las comunidades educativas apelan a la movilización como único recurso para garantizar el derecho a una educación digna y equitativa.

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