Cordillera registra 40 casos de abuso sexual infantil en lo que va del 2025

La violencia sexual contra niños y adolescentes sigue golpeando con fuerza en Paraguay, y particularmente en el departamento de Cordillera, donde en lo que va del año se han reportado 40 casos de abuso sexual infantil, según estadísticas del Ministerio Público. La cifra enciende la alarma entre las autoridades y organizaciones sociales, quienes insisten en la urgencia de reforzar las campañas de prevención y protección a la infancia.

Imagen ilustrativa de denuncias de abuso sexual infantil y maltrato.
Imagen ilustrativa de denuncias de abuso sexual infantil y maltrato.

De acuerdo a los reportes oficiales, 19 de esos casos ocurrieron en Caacupé, capital departamental, lo que representa casi el 50% de los hechos denunciados en Cordillera.

La situación ha generado preocupación en la comunidad, no solo por el alto número de casos, sino también por el perfil de los agresores, ya que en la mayoría de los hechos denunciados, el abusador es un familiar directo o alguien del entorno cercano de la víctima.

Un drama silencioso y cotidiano

A nivel país, los números son igualmente alarmantes. Entre enero y mayo de 2025, el Ministerio Público registró 1.305 denuncias de abuso sexual infantil en todo el territorio nacional. Esto significa un promedio de entre 8 a 9 casos por día, afectando en su mayoría a niñas, quienes representan el 66% de las víctimas.

Según las estadísticas, el 86% de los abusos ocurre contra menores de 14 años, y en el 87% de los casos el agresor es un familiar, vecino o persona de confianza.

Estos datos reflejan no solo la magnitud de la problemática, sino también la enorme dificultad que muchas veces tienen las víctimas para denunciar, ya que se sienten amenazadas o presionadas a guardar silencio. Y por miedo no cuentan lo que sucede.

Desde la Coordinadora por los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (CODENI) de Caacupé, advierten que el abuso sexual infantil sigue siendo una de las formas de violencia más recurrentes y menos denunciadas en el país.

“Cada semana recibimos casos nuevos. Muchas veces son las madres o abuelas quienes se acercan, pero también hay niñas y niños que logran contar lo que les pasa en la escuela o a algún docente de confianza”, señaló la licenciada Nahir Araujo desde la institución local.

Consecuencias devastadoras

El abuso sexual infantil deja secuelas físicas, psicológicas y emocionales que pueden afectar de por vida a la víctima. Desde cuadros de depresión y ansiedad, hasta dificultades para establecer vínculos afectivos, bajo rendimiento escolar y en algunos casos, incluso ideación suicida.

“El daño que deja un abuso no se borra, no se elimina de la noche a la mañana. Las víctimas cargan con secuelas emocionales y traumas que si no son tratados a tiempo pueden condicionar su salud mental y su proyecto de vida”, explicó una psicóloga del equipo de atención a víctimas de CODENI Caacupé.

Campañas de prevención y líneas de denuncia

Ante este panorama, desde la CODENI de Caacupé, la Fiscalía Zonal, y varias organizaciones sociales de Cordillera han intensificado las campañas de prevención y sensibilización.

Se realizan charlas en instituciones educativas, colegios y comunidades rurales, donde se orienta a niños, adolescentes, padres y docentes sobre cómo detectar signos de abuso, cómo actuar y a dónde acudir.

Las autoridades recordaron que cualquier persona que tenga conocimiento o sospecha de un caso de abuso sexual infantil puede denunciarlo de forma anónima a través del 147 “Fono Ayuda”, al 911, o acudir a la Fiscalía, CODENI o comisaría más cercana.

“La denuncia temprana permite detener al agresor, proteger a la víctima y evitar que otros niños y niñas sigan siendo vulnerados”, destacaron.

Para este mes de junio, se prevén nuevas jornadas comunitarias de prevención y orientación legal gratuita en Caacupé, Tobatí y Atyrá, dirigidas a padres, docentes y referentes comunitarios, como parte de una campaña impulsada por la Pastoral Social y la CODENI local.

Un llamado a actuar y no callar

El abuso sexual infantil no solo representa un delito, sino también una tragedia social que requiere una respuesta decidida, articulada y permanente de parte de todos los sectores.

Desde las instituciones protectoras recuerdan que denunciar a tiempo puede salvar vidas y evitar que más niños y niñas sean víctimas de este tipo de violencia.

El compromiso de todos es indispensable para proteger la infancia paraguaya.

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