En Paraguay se registran alrededor de 4.000 casos de abortos por año, según datos oficiales del Ministerio de Salud Pública (MSPBS). De esta cifra, aproximadamente el 12% corresponde a abortos en niñas y adolescentes. Consecuencia de la interrupción del embarazo, incluida la intencional, las mujeres recurren a hospitales públicos, donde suelen requerir terapia intensiva y, en el peor de los casos, acaban falleciendo.
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En el Hospital Materno Infantil San Pablo, uno de los centros de referencia en atención a embarazadas, registran al menos un caso grave al mes que requiere de atención especializada en cuidados intensivos, afirmó a ABC el doctor Vicente Vega, director médico del servicio.
“La mayoría de los casos son abortos espontáneos, pero hay también situaciones raras, abortos que no parecen ser espontáneos por las características y las complicaciones. En este momento, por ejemplo, hay una paciente internada en terapia intensiva, que está entubada, shockada y tiene todas las características de haber sido un aborto provocado. El caso ya está a cargo de la Fiscalía”, expresó. En Paraguay, el aborto intencional está penado por ley, con penas privativas de libertad que van de dos a cinco años.

El médico afirmó que en la mayoría de los casos registrados en el hospital, se trata de mujeres mayores de 18 años. “Hay muchos casos que llegan a ser críticos y entran a terapia intensiva. Estamos teniendo una paciente al mes, mujeres que entran a terapia intensiva por la gravedad. La mayoría de casos son pacientes adultas, adolescentes, muy pocas”, dijo.
Investigación corresponde a la Fiscalía
El doctor Vega indicó que al tratarse de información delicada, de la que muchas veces tienen poco o nulo reporte, como médicos no pueden “entrar a investigar”. Resaltó que la indagación -en caso de sospecha de un aborto provocado- corresponde al Ministerio Público.
“Por lo general, no podemos hablar de un aborto provocado, porque no lo sabemos cuando llega una paciente grave. Se maneja el escenario clínico y se abren otras investigaciones, porque ante la sospecha muy evidente (de un aborto provocado), damos el reporte a la Fiscalía”, explicó.
Sobre los partos registrados en el Hospital Materno Infantil San Pablo, el médico indicó que se tienen unos 240 a 260 nacimientos por mes. Manifestó que de esta cifra, entre el 5% y el 10% corresponden a partos en niñas y adolescentes. “Parece una cifra baja, pero considerando que son niñas y adolescentes, un solo caso ya es relevante”, expresó.

El doctor Vega dijo que en el servicio público llevan adelante un programa de educación sexual y concepción, que está destinado mayoritariamente a las adolescentes. Indicó además, que durante los últimos años “se tiene un aumento de consultas en busca de métodos anticonceptivos y un número importante de pacientes que están dentro de ese plan educativo”.
Muertes maternas: aborto ocupa los primeros lugares
El director médico del Hospital San Pablo detalló que las complicaciones de un aborto por lo general son hemorragia o un cuadro infeccioso que se complica y lleva a la paciente a entrar a un cuadro de gravedad. Resaltó que esa infección es lo que lleva a la muerte.
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“Hay un porcentaje de muertes maternas relacionado al aborto; ocupa entre el segundo y tercer lugar en este momento como causa de mortalidad a nivel país. En el Hospital San Pablo las muertes por abortos no son muy altas”, aseguró.
En cuanto a las complicaciones a largo plazo de un aborto provocado, el médico resaltó que puede afectar significativamente el útero de la mujer, imposibilitando incluso un nuevo embarazo.

“El útero es un órgano que está preparado para llegar al final del embarazo, hasta el parto, es decir, el proceso natural. Si ocurre un aborto espontáneo, se procede a un rápido tratamiento y no hay ningún problema. La paciente puede volver, sin inconvenientes, a embarazarse. Ahora, si ocurrió un evento de agresión no protocolizado, la paciente tiene alto riesgo, principalmente de perder el útero. Generalmente cuando se procede a un mecanismo agresivo, el procedimiento indebido puede hacer que el útero sufra consecuencias irreversibles. El escenario es grave cuando hablamos de mecanismos no adecuados”, puntualizó el profesional.