El subjefe de Antinarcóticos de Cordillera, Luis Gamarra Cattebeke, confirmó que las drogas más incautadas son cocaína y crack, aunque reconoció que la marihuana sigue siendo la de mayor circulación. Además, admitió que mantienen una vigilancia constante ante la posibilidad de que nuevas drogas ingresen al país.
“Estamos trabajando en procedimientos diarios, pero sabemos que las organizaciones narco son dinámicas y buscan nuevas rutas y métodos. Por ahora, las incautaciones se concentran en cocaína, crack y marihuana, pero no se descarta que puedan intentar ingresar otras sustancias como el fentanilo”, señaló el jefe policial.
Un territorio estratégico para el narcotráfico
La ubicación geográfica de Cordillera y sus múltiples rutas de conexión con otros departamentos convierten a la zona en un punto estratégico para el tráfico de drogas.
Los caminos alternativos y las zonas rurales favorecen el transporte y ocultamiento de estupefacientes, mientras que los operativos policiales, aunque frecuentes, no logran desarticular por completo las redes criminales que operan en la región.
En lo que va del año, ya se realizaron allanamientos e incautaciones en Altos, Caacupé, Valenzuela, Tobatí e Itacurubí de la Cordillera.
Ante esta situación el subjefe de antinarcóticos pide a la ciudadanía colaborar de forma anónima para luchar contra este flagelo. Y si es que conocen de gente que esté trabajando en la comercialización de estupefacientes comunicarlo de inmediato.
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El crimen organizado mantiene sus operaciones
A este escenario se suma la presencia de organizaciones criminales como el Clan Rotela, grupo que mantiene operaciones en varias zonas del país y que recientemente fue blanco de la Operación Caolín, donde capturaron a familiares directos de su líder. No obstante, varios miembros continúan prófugos y las estructuras criminales se mantienen activas en la región.
La combinación de narcotráfico, lavado de dinero y delitos conexos, como asaltos tipo comando y extorsiones, mantienen a Cordillera bajo una amenaza constante.
Contraste con el discurso oficial del Gobierno
Mientras tanto, desde el Gobierno se insiste en que Paraguay atraviesa una “transformación profunda” en seguridad, con la incorporación de agentes, tobilleras electrónicas y equipamientos para las fuerzas del orden. Pero, los hechos en Cordillera contradicen esa imagen de un país más seguro.
En las calles, la droga sigue moviéndose, las organizaciones criminales continúan operando y las comunidades viven con el temor de que la violencia escale.
Cordillera sigue siendo un punto caliente en el mapa del narcotráfico nacional, con una presencia de drogas cada vez más fuerte y redes que, pese a los operativos, no terminan de desarticularse.
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