Cada lluvia representa un calvario para los pobladores de la compañía Bernardino Caballero, de Atyrá. Los caminos de tierra, que ya resultan complicados en días normales, se transforman en barriales intransitables, dejando a familias atrapadas en sus viviendas y expuestas a todo tipo de riesgos. En casos de emergencias médicas o urgencias, deben esperar horas y hasta días para recibir ayuda o trasladarse hasta el casco urbano.
En Zanja Jhu, la situación es igual de crítica. La precariedad de los caminos empeora con cada aguacero, y pese a los insistentes reclamos de la población, hasta hoy no se han ejecutado obras de fondo. La falta de mantenimiento regular y la ausencia de obras de enripiado o empedrado dejan a esta comunidad a merced del clima y el abandono institucional.

Juan de Mena, por su parte, enfrenta una situación límite. El único camino de acceso está en condiciones deplorables. Aunque en algunos tramos ya se realizaron trabajos de bacheo en temporadas anteriores, estas intervenciones superficiales no resisten ni una lluvia. Cada vez que se registran precipitaciones, el trayecto se convierte en un lodazal intransitable, aislando a toda la comunidad, impidiendo la circulación de ambulancias, vehículos de abastecimiento y limitando la movilidad de los pobladores.
A pesar de los reiterados pedidos de intervención por parte de los afectados, las autoridades solo aparecen cuando la situación se vuelve mediática o tras protestas, pero sin ofrecer soluciones concretas ni planes a largo plazo.

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Falta de respuestas
Esta falta de respuestas efectivas no solo afecta la movilidad diaria, sino que limita el acceso a servicios básicos como salud, educación y seguridad. En días de lluvia intensa, los alumnos quedan sin poder asistir a clases, los enfermos no pueden llegar hasta los centros asistenciales y las familias deben soportar el aislamiento sin respaldo institucional.
El abandono de estas comunidades revela una preocupante desidia estatal que las autoridades locales, departamentales y nacionales siguen sin atender. Los pobladores exigen que se prioricen obras de enripiado, mejoramiento y mantenimiento periódico de caminos rurales, indispensables para garantizar condiciones mínimas de acceso y calidad de vida.
Mientras tanto, Bernardino Caballero, Zanja Jhu y Juan de Mena continúan esperando caminos dignos y una respuesta que no se limite a bacheos provisorios y promesas incumplidas.
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Para consultar sobre estos problemas llamamos al gobernador de Cordillera Denis Lichi a su celular con terminación 331. Pero no obtuvimos retorno. También llamamos a la dirección del Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones (MOPC) y no atendieron las llamadas.
Estamos abiertos, si desean referirse al caso.