El tramo está llenos de pozos que no solo dificultan el tránsito, sino que representan un riesgo constante para conductores y pasajeros. A pesar de múltiples reclamos y promesas de intervención, las autoridades locales y nacionales han hecho caso omiso, dejando que la infraestructura se deteriore sin ninguna solución concreta.
Cansados de la indiferencia y la falta de respuestas del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), los pobladores organizaron una manifestación con cierre intermitente de la ruta, medida que refleja la frustración acumulada tras años de abandono. “Estamos hartos de ser ignorados. Esta situación no puede seguir así”, expresó Carlos González, uno de los vecinos, visiblemente molesto por la prolongada inacción de quienes deberían garantizar servicios básicos.
La protesta pone en evidencia no solo la negligencia en el mantenimiento de las vías, sino también la desconexión de las autoridades con las necesidades reales de la comunidad. Los pozos, que crecen con cada lluvia, representan un peligro latente: no se trata solo de incomodidad, sino de un riesgo real de accidentes graves que podrían haberse evitado.
La concejal Sonia Bernal (ANR) también participa en la movilización y lamentó la falta de apoyo de las autoridades para atender un reclamo que vienen haciendo desde hace años.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Aseguró que seguirán firmes exigiendo una solución definitiva.
Falta de mantenimiento y abandono
El mantenimiento irregular y la falta de inversión constante generan daños progresivos a las carreteras, elevando los costos futuros de reparación y poniendo en riesgo la vida de quienes transitan diariamente por la zona. Mientras tanto, los pobladores sienten que sus reclamos caen en un vacío burocrático, obligándolos a tomar medidas extremas para ser escuchados.
La manifestación de hoy es un llamado urgente a las autoridades: la ruta no puede seguir siendo ignorada. La comunidad exige intervención inmediata, reparación de los tramos más dañados y un compromiso real con el mantenimiento de la vía, antes de que la situación derive en accidentes graves o pérdidas irreparables. Los años de abandono muestran que la paciencia de los vecinos tiene un límite, y la seguridad pública no puede seguir siendo postergada.